No puede ser tan malo

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Y ahí estaba yo un hombre que se creía muy hombre, un hombre que nunca pondría en riesgo su masculinidad, acostado en mi habitación ahora con unas bragas y un camisón de mujer para dormir, a la espera de la llegada de la luz del sol y de un nuevo día de tortura del que ni siquiera podría haber imaginado, después de los pocos pero fatales errores que he cometido en estos últimos días mi madre tenia la decisión final ser una mujercita indefinidamente hasta que, según ella mejore mi comportamiento y para ello me tenia que someter a una meticulosa transformación así que decidió que iríamos de "compras" al salón de belleza.

Al llegar al centro comercial nos dirigimos directamente hasta el salón de belleza donde al entrar parecía que ya esperaban mi llegada, la dependienta no mostró sorpresa por que yo sea un hombre sino que se mostró alegre y ansiosa. Me dirigió casi al fondo del local, en un cubículo discreto alejado de los demás, bastante femenino por cierto con solo decir que la silla tenia un forro morado con burbujas y el espejo era rosado con un tallado fino digno de la Reina de Inglaterra.

La dependienta me indico que la silla morada era en donde me tenia que poner cómodo, y se retiro por un breve momento, inmediatamente de que llego, comenzó a discutir con mi madre sobre que tipo de cabello, color y largo me quedaría mejor, a lo que en forma de burla respondí que largo y con rizos, fue otro pequeño pero gran error, no imaginaba que harían caso a mis peticiones así que mejor contuve mis bromas, algo que fue bastante difícil pues ya traía entre dientes algunas muy buenas. La dependienta termino de colocar las extensiones de cabello y me indico que entrara a una sala de baño donde me tendría que dar un baño, al salir arreglo un poco las extensiones, después me aplico una mascarilla que realmente no sabia para que era y me dijo que era hora de la depilación, eso me asusto bastante pues varias veces había acompañado a mi novia y se veía bastante doloroso pero que podía hacer, si me negaba el castigo seria mucho peor ya para acabar me aplicaron un maquillaje suave con el que me darían un rostro femenino

Al finalizar esa tortura comenzaría otra más, mi madre me dio un conjunto de su ropa un poco casual que consistía en una playera, unos jeans y unos vans, al verme en el espejo me veía con toda una mujer, claro que no una muy bella pues mi postura no era del todo femenina.

Antes de salir de la tienda mi madre me dijo que me comportara la mejor posible como una señorita y que como era mi primer día en publico no tenia que usar vestidos ni zapatillas de tacon. Caminamos por un pasillo del centro comercial para llegar a otra sección, a la sección de ropa de damas que estaba relativamente cerca del salón. Al llegar a esa ala del centro comercial se comenzaron a tornar las paredes de color rosa pastel, las paredes esculpidas con un diseño floral y los pilares cual si fueran del mismo olimpo.

Mi madre muy segura de si misma lo que me dio a entender que ya había planeado todo, se dirigió directo a la sección de ropa interior, yo creía fuertemente que ella querría visitar esa sección al ultimo, más que nada por lo incomodo que seria, pero parece que el incomodo solo fui yo.

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