Two

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Apoyó su cuerpo en una de las esquinas de aquella habitación sin ventanas, aún con la capucha puesta y mirando sus manos detenidamente, las cuales eran cubiertas por los guantes negros que no dejaban ver ni la mitad de sus muñecas.

Observó la habitación con la cabeza baja, deteniéndose unos segundos en el vidrio polarizado donde le permitía ver solamente su reflejo, cuando en realidad del otro lado era vista por la mayoría de los Vengadores.

—¿Dices que ella te salvó?—preguntó Steve sin despegar su mirada de la chica, y Wanda sabía que la pregunta era para ella.

—Si, no sé cómo no los pude ver—le respondió mirando su perfil, escuchando una puerta abrirse.

Natasha se hizo presente en aquella sala, y en el silencio que reinaba se escucharon sus botas de poco tacón resonando contra el suelo mientras caminaba a la silla en el centro de la habitación, sentándose en ella y apoyando sus brazos en la mesa de metal.
Observó el perfil la chica, la cual estaba casi pegada en la esquina frente a la cámara de seguridad, donde casi la luz del techo no daba y solo podía verse su pálida piel y su vestimenta completamente negra.

—Mi nombre es Natasha Romanoff—se presentó la ojiverde, buscando su mirada—quiero hacerte unas preguntas, ¿Puedes sentarte?

La miró entre sus cortinas de tela que cubrían la mitad de su rostro, estando aterrada y sorprendida en su interior, no sabiendo muy bien como reaccionar.
Lo único que pudo atinar a hacer fue caminar despacio hacia la silla frente a la pelirroja, dejando que su cara se viera solo unos milímetros.

Todo a su alrededor pareció volverse frío y tenso, y no se escuchaba más que la respiración nerviosa de la pelinegra mientras que la de la pelirroja era tranquila, pero alerta a todo movimiento.

—Bien, ¿Cuál es tu nombre?—dijo tomando su bolígrafo, comenzando a notar desde su punto de vista todo lo que entendía de su comportamiento en la carpeta que reposaba en la mesa, esperando el nombre de la chica.

Wanda miraba la reacción de ambas, sin saber porqué estaba mordiéndose las uñas con algo de nerviosismo, y aunque Steve y Sam vieron eso, optaron por no decir nada.

Natasha al no escuchar ni siquiera un murmullo de su parte decidió levantar la cabeza para observarla.

Grave error.

No estaba la chica misteriosa.
En su lugar, una mujer, de piel pálida que cubría la mayoría de sus arrugas, de labios gruesos y pintados con labial rojo verdaderamente intenso, llevando un vestido de color azul descolorido que se apegaba a su figura y con un rodete apretado en lo alto de su cabello castaño y lleno de canas, con una mirada fría y segura.

La pelirroja no estaba segura de sí en verdad estaba frente a ella o en realidad estaba muerta; comenzó a sudar frío y la respiración se quedó pegada en su pecho, y todo alrededor no parecía importar teniendo a Madame B justo frente a sus ojos.

Rogers y Wilson se confundieron ante la reacción de Natasha, Wanda en cambio veía a través de la mente de la susodicha todo lo que ella estaba experimentando en ese momento, y no ocultó su sorpresa.
Romanoff, sin aguantarlo más, casi corrió fuera de la habitación y pasó de las miradas de sus amigos, caminando directo a su habitación y con lágrimas amenazando por salir de sus ojos.

—¿Qué fue eso? ¿Alguien logró espantar a la Viuda Negra?

—No lo sé, Sam. Pero debemos continuar mañana—ante la respuesta del rubio, Wanda lo miró con el entrecejo fruncido.

—¿Planeas dejarla ahí?—le dijo incrédula, viendo como ella se levantaba con lentitud y volvía a quedarse en la esquina de hacía minutos antes.

°CONTROL° (Wanda Maximoff) #Marvelawards.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora