Capitulo 5 "El viejo mundo" (parte 1)

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-¡Hermanita!- me recibió mi hermano en su oficina con un abrazo como si no me hubiera visto en años.

-Rhett...- me aparté de él- Ya no soy una niña pequeña-.

-Leila, siempre serás mi hermanita- dijo pellizcándome las mejillas, era una mala costumbre que había adquirido hacia nosotros, y a pesar de que actuara como si me molestara, en realidad me encantaba, claro que nunca se lo diría.

-¿Y a que debo el honor de tu visita? ¿Qué quieres?-.

-¿Qué no puedo visitar a mi hermano en su trabajo?- dije falsamente ofendida.

-Amo que me visites...pero tú y el otro engendro nunca se aparecen por aquí, así que dime, ¿Qué quieres?-.

-Esta vez no quiero nada...y no habría venido a visitarte pero como no llegaste anoche- lo mire de manera recriminatoria- en fin, sólo quería despedirme antes de irme-.

-¿A dónde vas? ¿Y con permiso de quien?- ahí estaba el modo hermano sobreprotector.

-Es algo del trabajo, ya te había dicho...y te vuelvo a repetir que ya no soy una niña pequeña- dije con un puchero.

-Vale, pero espero que vuelvas antes de la foto- me advirtió.

-Sabes que nunca me la perdería- dije tocando mi camafeo.

-Suerte en el viejo mundo- me sonrió- seguro los deslumbra...-Rhett fue interrumpido por el estrepitoso ruido de la puerta al ser abierta con furia.

-¡¿Qué diablos pasa contigo, Rhett?!- Era Killiam, quien obviamente, estaba algo exaltado.

-¿Conmigo? ¿Qué es lo que pasa contigo? Llegas tarde- dijo intentando aparentar seriedad, pero su sonrisa traviesa indicaba que sabía exactamente lo que había hecho.

-¡Yo te mato!- Killiam se abalanzó sobre él perdiendo la poca paciencia que llegaba a tenerle.

Rhett se defendió empujándolo a una silla intentando contener su ira, aún con la imperturbable sonrisa marcada en el rostro.

-¿Sabes? si sigues así te denunciare por maltrato laboral- le dijo con el mismo tono de voz que usaba con nosotros, como hablándole a un bebé.

-¡Ahora sí!- De algún manera Killiam logró levantarse de la silla, empujando a Rhett al piso quien a pesar de estar totalmente inmóvil, no dejaba de reír.

-Leila, quítame a este loco-.

-Depende... ¿Qué fue lo que hizo?- Le pregunté a Killiam.

Él volteo a verme, un poco menos molesto.

-Resulta que el infeliz de tu hermano y yo quedamos en que pasaría por él, y oh, sorpresa, resulta que este ni llegó a dormir-.

-Ah sí, fue Alina la que me trajo...y no me puedes culpar de nada, tú la llamaste- con esto se me quitaron todas las ganas de ayudarlo, incluso pensé en apoyar a Killiam.

-Si te ibas a quedar con ella, pudiste haberme avisado- seguía visiblemente enojado pero suavizó un poco la presión que ejercía sobre mi hermano- estuve una hora esperando-.

-¿Perdón?... no lo vuelvo a hacer- dijo con falsa inocencia.

-Pues no, ya no pienso pasar por ti-.

Mire mi reloj, era muy tarde como para seguir escuchando sus tontas peleas.

-Bueno, hermanito, Killiam, me tengo que ir- me dirigí a la puerta

-¡Hey! ¿No vas a ayudarme?-.

-No- dije con una sonrisa, di media vuelta y corrí al ascensor, donde aún escuchaba los gritos de mi hermano pidiendo ayuda aunque lo máximo que hacían los demás trabajadores era soltar sonoras carcajadas.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2020 ⏰

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