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capítulo 36 

Milena

Si me hubieran dicho hace tres años que hoy me iba a casar con mi mejor amigo, seguramente no les iba a creer, y con argumentos muy válidos, entre ellos que no tenía un mejor amigo hombre. Nunca pensé en vivir este momento, ver a mi padre enfundado en un traje, con los ojos aguados por la emoción, que mis hermanos estuvieran felices como si ellos estuvieran dando este paso tan importante.

Salvador había colmado todas mis expectativas, a pesar de estar lejos, él había pensado todo para poder casarnos, él no me quería, me amaba. Desde niña soñé con un príncipe, eso era lo que veía en las películas, conforme fui creciendo, me di cuenta que el príncipe como tal, es difícil encontrarlo, pero soy fiel creyente que mi principe no lleva capa ni está vestido de azul, pero es perfecto.

Cuando tuve mi accidente, no pensé poder volver a mi vida, es difícil seguir cuando tenes marcas que te recuerdan día a día lo que pasó, pero Salvador me había ayudado a comprender que cada cicatriz mostraba mi valentía y anhelo de vivir, el deseo de continuar, mi pelea, mi lucha frente a un hombre que quería terminar con mi vida.

Muchas veces pensé que la vida se había empecinado conmigo, que no me quería dejar con vida, que seguramente Dios me estaba castigando por algo, a lo cual no tenía conocimiento.

Pero me dí cuenta que el padre de Salvador fue quien me salvó la vida, una locura, pero ese hombre me había dado la oportunidad de vivir una vez más, y que su hijo esté por dar un paso tan importante conmigo me hace pensar que Dios tenía todo en sus planes, seguramente hay una parte de la historia que me falta, no me quiero preocupar por el futuro, quiero vivir el presente, quiero vivir el hoy y disfrutar con mis afectos.

— Milena—. Me llamó Ani.

— ¿Si?—. Pregunté.

—En media hora te traigo el vestido—. Me avisó.

—Lo voy a estar esperando—. Sonreí y me dejó sola. Tomé una hoja de papel y tomé un bolígrafo, me dirigí al escritorio y comencé a escribir.

"Cómo me gustaría que este día estes conmigo, que veas cuan lejos he llegado, que si pude que fui fuerte y me animé a estar preparada para el futuro, fui valiente para encontrar el amor.

Imagino verte junto a papá, riendo como en esas fotos que encontré donde veía como disfrutabas tus años de juventud. Muchas veces me culpé, y odié por ser la causa de no tenerte, para las dos fue difícil, pero vos sabías que no había lugar en este mundo para las dos, y por eso te admiro, porque me elegiste, si hoy estoy viviendo estos momentos es porque me elegiste, no te visito porque no sé que hacer, me siento incómoda, pero aún así estás viva en mi corazón. Ojalá pudiera darte un abrazo, uno más, porque nueve meses en tu vientre no fueron suficientes, pero si de algo debo felicitarte es por el papá que me elegiste, me ama mucho y aunque sé que ha sufrido tu pérdida, ahora está comenzando una nueva historia, estoy segura que no te ha olvidado y jamás lo hará, pero ahora lo veo feliz, después de tanto tiempo sonríe, se que está orgulloso de mi.

Gracias mamá, gracias por elegirme, por dejarme vivir incluso cuando tu vida dependiera de ello, porque tu amor fue genuino, lo hiciste por amor, así como Dios mandó a su unico hijo por amor, vos me elegiste.

Te extraño día a día, pero de la misma forma en que incrementa el extrañarte, mi amor también lo hace.

Te amo mamá"

—Hija—. Me llamó papá

—Si papá, pasá—. Sonreí e intenté eliminar las lágrimas sino, me matarían por el maquillaje.

SalvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora