Capítulo VI

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El transcurso de las horas parecía haber acelerado repentinamente, el enorme reloj de pared que llamaba la atención en la habitación de Chuuya solo creaba ansiedad en el pelirrojo, las orejas empezaban a agudizar los sonidos que escuchaba e inconscientemente empezó a mover la cola como si de un verdadero gato se tratará.

Eran las 10:35, el pelirrojo se encontraba muy cansado por lo que decidió dormir en su habitación, quizá así reduciría los efectos pero no estaba ni cerca de lograrlo. Tan pronto como Chuuya cayó dormido se transformó en un gato naranja, incluso como gato seguía llamando la atención gracias a esos grandes ojos azules que parecían reflejar el océano con la posibilidad de perderse sin miedo alguno y su pelaje era tan sedoso que cualquiera desearía dormir sobre un regazo tan suave; los problemas comenzaron cuando al pequeño gatito naranja le dio hambre.

Chuuya no se había previsto para esa situación por lo que no pasó ni remotamente por su mente la idea de comprar cosas para el uso de un gato; el confiaba plenamente en que podría manejarse por sí solo.

Eran ya las 12:27, la hermosa vista que se podía admirar desde la habitación del pelirrojo se vio arruinada cuando empezó a rasguñar el par de cortinas color perla que adornaban el marco de la ventana, la cama estaba hecha un desastre, las almohadas se habían vuelto solo un pedazo de tela rasguñado y los muebles ni se diga, estaban cubiertos por marcas de garras.

Después de mucho alboroto por parte del gato, por fin se podía escuchar un poco de tranquilidad y era porque al fin regresaría a la normalidad. Así como se durmió cuando se convirtió en gato pasaría lo mismo para revertir el efecto durante el día.

Al despertar, Chuuya quedó horrorizado por con lo que era su lujoso apartamento, ahora era un total desastre y no podía creer que el era el causante de todos esos destrozos. Cada vez más se maldecía por haber aceptado la ayuda de Dazai y lo peor era que no podía ocultar la cola y orejas que sobresalían de su extravagante vestuario.

No podía pasar más tiempo encerrado en casa, tenía que presentarse a la agencia o podría perder su empleo, era bien sabido que Ougai Mori no era de las personas compasivas así que si no quería represalias hacia el tenía que presentarse.

El pelirrojo trato de ocultar las orejas usando un sombrero que recientemente había adquirido de una marca muy importante, a Chuuya le encantaba acompañar sus atuendos con algo extravagante por lo que el sombrero era la mejor opción. Para ocultar la cola decido usar un pantalón un poco holgado pero que no le hacía perder su figura para después cubrir todo con una capa color negro con forro color vino aterciopelado.

Dispuesto a salir, llegó a la agencia lo más rápido que pudo para encontrarse con Kouyou a quien veía como una madre y hermana comprensiva; ella fue la única persona en la que Chuuya pensó para contarle su problema

-Kouyou... ¿Podemos hablar un momento por favor?-

-Claro Chuuya. ¿Que es lo que sucede?-

-Bueno esto... Verá... ¿Podría guardarme un secreto?-

-Por supuesto, pero dime ¿Está todo bien?-

-Si- nervioso -Por favor no se asuste con lo que le voy a mostrar-

Al instante, Chuuya se retiró el sombreo y la capa que cubrían su problema, el rostro de Kouyou parecía no procesarlo pero de manera calmada le dijo que se calmase y le dijera exactamente que había pasado.

-Bueno... Fue durante el evento debut de Akutagawa, apareció un tipo extraño de cabello castaño que se enteró de lo que me estaba sucediendo y me propuso ayudarme...-

-Oh... Ahora entiendo, entonces tú accediste y te sucedió ésto. Incluso parece sacado de un cuento de mal gusto Chuuya-

-Lo sé... por eso estoy pidiendo su ayuda-

-Tranquilizate, primero dime ¿Hay manera alguna de quitarte eso?-

-Si la hay, ayer el tipo castaño se presentó en la puerta de mi departamento y me dijo que había que hacer para revertir lo sucedido... Supuestamente Dazai dijo que debo de encontrar algo que llené el vacío de mi vida y... El amor-

Kouyou no pudo resistir las ganas de reír y soltó una pequeña risa que cubrió con su mano. -Por dios Chuuya, se nota que eres muy ingenuo ¿Acaso no te han dicho que no debes confiar en los extraños-

Chuuya solo bajo la mirada avergonzado por lo que había hecho ya que Kouyou tenía toda la razón, no debió confiar en las palabras de un extraño.

-Y bien...- comento Kouyou -Respecto al amor, ¿cuáles serían tus candidatos?

-Pues no lo sé, quizá alguien con quien haya tenido algo que ver en el pasado-

-¿Quienes son tus opciones?-

-Pues no son muchos que digamos, solo podría pensar en Fyodor o en Rampo, pero realmente no funcionó mi relación con Fyodor; y con Rampo solo era una relación ocasional, nada serio- respondio algo cohibido el castaño, a pesar de que no le molestaba decir cuál era su orientación sexual, era incómodo mencionar a personas de su pasado.

-Ya veo... ¿Por qué no intentas con alguien nuevo?- comento Kouyou

-Mmm... No lo sé, hace tiempo deje las relaciones para enfocarme en el modelaje, no creo estar preparado-

-Está bien Chuuya, tomemos esto con calma y poco a poco veremos cómo solucionarlo-

-Muchas gracias Kouyou, no se que haría sin sus consejos-

-Me halagas Chuuya, pero no es nada, anda ya vete que está oscureciendo-

Un escalofrío recorrió al pelirrojo al recordar lo que sucedería al oscurecer, empezó a sentir una desesperación por salir de ahí lo antes posible, pero no sería posible gracias a la interrupción de Mori quién quería hablar con el un rato.

Tan pronto como pudo darse, salió corriendo casi del lugar; había dejado tanto su motocicleta como su auto en el estacionamiento de su hogar, así que salió lo más rápido posible. Era ya demasiado tarde, Chuuya antes de poder llegar a su hogar ya se había convertido en el gato naranja.

Afortunadamente o desafortunadamente el castaño paseaba por el lugar y pudo detectar a Chuuya gracias al llamativo sombrero que aún se posaba en su cabeza; este tomo al ahora gato y empezó a caminar mientras tarareaba una canción.



Aquí una imagen. De cómo se ve Chuuya convertido en gato.
Créditos al autor de la imagen.

Cariño... No eres indispensable SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora