02; Felices

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Harry bostezó con suma pereza y estiró sus brazos intentando recuperar su postura y alejar toda sensación de sueño que aún quedaba en su cuerpo. Procedió a levantarse de un salto para abrir las cortinas de la habitación y dejar que la luz de la mañana entrara en todo su esplendor.

Volteó para regalarle una sonrisa a su novio.

Una sonrisa más deslumbrante que el sol.

El rubio estuvo tentando a lanzar una almohada en su brillante rostro. No lo hizo. En las mañanas era una tortura que el sol perforara sus ojos, pero la simple sonrisa de Harry parecía calmarle un poco.

Draco parpadeó un par de veces y se giro dándole la espalda al pelinegro. Aún se sentía cansado y el sol no parecía rival para el sueño que tenía.

— ¡No te duermas, Dray! — El grito de su novio le hizo levantar exaltado. Le dio un susto. Suspiró con una leve sonrisa.

Tal vez el sol no podría evitar que se durmiera, pero Harry Potter sí.

Draco se dirigió hacia la cocina y se quedó de pie viendo como Harry ponía distintos ingredientes en la encimera. La playera le quedaba algo grande y la tela se removió con suavidad en cada uno de sus movimientos, le gustaba.

Harry se volteó a verle y sonrió.

—¿Me ayudarás?

Malfoy alzó una ceja. Pocas veces por la mañana le gustaba prepara el desayuno. Sin pensarlo demasiado, se acercó a abrazar al chico por la espalda.

—Supongo que eso es un no. — Rió el pelinegro, una dulce melodía.

Draco apoyó su mentón en la rebelde cabellera de Harry y sus manos se entrelazaron a través de su cintura, cerró los ojos mientras escuchaba los movimientos de cada objeto o ingrediente que tomaba el otro.

—Draco, pesas.

Malfoy lo miro con el ceño fruncido para luego reír algo grave.

—Cállate Potter y apúrate con ese desayuno.

Harry rodó los ojos para luego seguir en la preparación.

— ¿Batido de fresas o manzanas?

— Manzanas, me ofende que preguntes.— Murmuró volviendo a abrazar la espalda del chico.

Aspiro el aroma de su cabello y se concentro en solamente sentir su presencia, ahí, entre sus brazos. Algo que pocas veces se daba en su día porque ambos estaban demasiado ocupados en sus trabajos.

Al fin y al cabo ese era el sueño de ambos.

Eran auror y un medimago, también una pareja.

Y a pesar de las dificultades y obstáculos..

Eran felices.

—Jean

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⏰ Última actualización: Mar 01 ⏰

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