Capítulo 1

40 8 4
                                    

Entre las frondosas copas de los árboles podía vislumbrarse la estructura deteriorada de una casa Minka

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Entre las frondosas copas de los árboles podía vislumbrarse la estructura deteriorada de una casa Minka. El paso del tiempo había hecho mella en el techado puntiagudo de la misma. El tono nogal de la paja y la arcilla, material empleado para hacer frente a las bajas temperaturas y las precipitaciones, estaba descolorido y cubierto en ciertas zonas por el moho provocado por la falta de mantenimiento.

Ligeras pisadas se escucharon por el estrecho camino de tierra que daba acceso a la entrada principal de la casa, donde se encontraba la estructura externa de madera que permitía que el edificio estuviera por encima del nivel del suelo.

Se trataba de dos jóvenes, uno de cabello azabache y el otro de un tono castaño. El primero de ellos portaba el cadáver de un ciervo sobre sus hombros. Su cabello ligeramente largo se adhería a los costados de su rostro por el esfuerzo que estaba realizando. Su acompañante hablaba moviendo sus manos de forma brusca, con una sonrisa plasmada en su cara.

–Todos se alegrarán al ver lo que has conseguido —comentó el castaño mientras seguían recto por el sendero—. Nos dará la energía que necesitamos para el viaje.

Ambos frenaron en cuanto llegaron a la estructura elevada del engawa. El azabache flexionó sus rodillas y maniobró para pasar el cadáver hasta el frente de su torso, para terminar apoyándolo contra la superficie oscura de la madera. Pocos segundos después, se escucharon unos pasos provenientes del interior de la Minka.

—¿Cómo ha ido el paseo, Yoongi? —preguntó la voz ligeramente aguda de una mujer, traspasando la puerta corredera de la entrada.

—¡Lisa, mira que hemos conseguido! —chilló el castaño mientras se impulsaba con las manos para subir el engawa, haciendo caso omiso de las quejas de Yoongi —. Cuánto hacia que no encontrábamos una pieza tan grande.

La puerta fue deslizada hacia un lado, dando lugar a una joven de rostro ligeramente redondo, con cabello castaño oscuro, recogido en una cola de caballo. Sus rasgos fuertes, especialmente sus ojos marrones, eran enfatizados por algunos mechones que caían sobre su frente.

El hakama que portaba enfatizaba ligeramente su esbelto cuerpo. La parte inferior consistía en un negro sólido con una faja que envolvía la cintura de color amarillo, mientras que la parte superior consistía en una tela de estampado a rectángulos rojos y blancos. Las largas mangas cubrían prácticamente sus manos.

—¡Madre mía! —Lisa juntó sus manos entusiasmada, mientras observaba el ciervo con ojos brillantes—. Voy a pedir a Zico que prepare el iori. Mientras tanto id a asearos al río. Os avisaré cuando esté todo preparado y ultimaremos los detalles de mañana.

Yoongi asintió levemente con la cabeza mientras se alejaba de la entrada, seguido por Taehyung, el cual le hizo un gesto con la mano como si de un general se tratase. Ambos partieron en dirección al río que se encontraba a un kilómetro más o menos de la Minka.

Lo que arde [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora