Haven [ChanBaek/BaekYeol]

Capítulo 4

El gemido que soltó ChanYeol de su boca dejó a SeHun agotado. Sabía que estaban poniendo mucha fuerza en la labor, se sentían cansados, sudorosos, bastante pegajosos y habían estado así ya desde hace un rato, pero esa cosa simplemente no entraba, parecía que tenían que intentarlo de otro modo, y ante eso, SeHun solo pudo moverse un poco, mas, con su sacudida solo provocó otro gemido por parte de su amigo que solo lo dejó gruñendo a él al decirle:

"Aguanta, aguanta, ChanYeol, creo que esta no es la mejor forma, si tan solo me dejaras..."

"No, no puedo retroceder ahora, SeHun, necesita entrar ahora."

"Sí, ChanYeol, pero me estás haciendo daño. ¡Ay! Me pellizcaste."

"Perdón, estoy haciendo lo mejor que puedo, pero creo que—"

"Auch. No, ChanYeol, olvídalo, sácalo. Esto no está funcionando. ¡ChanYeol!"

"Solo un poquito más, SeHun, por favor, solo..."

"No, ChanYeol, hablo en serio, sácalo, sácalo de ya, ¡es demasiado grande!"

"Pero—"

"Dije que no," y sobre eso, finalmente se rindió. Dejó caer el sillón que estaban cargando y con el peso que bajó de su lado, ChanYeol no tuvo más que repetir la acción con un poco de más cuidado, después de todo, no quería dañar eso que había obtenido de su preciada venta de garaje a la que recién había ido para hacerse una nueva adquisición.

Sobre eso, ChanYeol vio a su mejor amigo del lado de la entrada de su casa que ya se secaba el sudor de su frente. Parecía que el trabajo había sido más pesado de lo que los dos pensaban, pero esa ayuda en la mudanza que ChanYeol le había pedido finalmente había llegado, y SeHun había tenido la suerte de que esa misma mañana de sábado fuera a comprar un par de cosas para equipar solo un poco más su nueva vivienda. Ahora que se habían ocupado un rato de las cosas sencillas, como acomodar las últimas de sus pertenencias que todavía quedaban en cajas, ChanYeol había pedido como último favor que lo ayudara a bajar aquello que había dejado en la cajuela de su auto para acomodarlo en su casa.

Eran solo unas mesitas y ese gigantesco sillón blanco que había conseguido a buen precio incluso cuando pareciera un poco sucio. Y claro que todo les había parecido fácil. Básicamente la casa de ChanYeol ya estaba puesta como él se esperaba, sobre todo su planta alta, que era a la que más le había faltado ajuste, pero cuando llegaron a esa parte del sillón, simplemente tuvieron sus trabas, porque, al ser tan grande y con una figura de L más que horizontal, no lo podían meter por su entrada que ahora parecía reducida a comparación de lo que tenían entre manos.

SeHun había sugerido estar cada uno de un lado para que se controlaran los pasos por ambas partes, y las cosas habían estado bien, al menos hasta que SeHun cruzó la puerta y se dieron cuenta de que el sillón solo no cabía como pensaban que podrían. Luego buscaron meterlo un poco inclinado, pero tampoco dio éxito, seguía medio atascado por la disposición que tenía y su tamaño. Habían incluso quitado los cojines por si eso era algo que obstruía—y les hacía más peso—, pero simplemente nada funcionaba.

ChanYeol ahora comenzaba a preguntarse si habría modo de desmantelar el sillón sin dañarlo y que pudieran hacerlo entrar, porque no acababa de gastarse lo último de su salario en esa semana sobre este sillón para que solamente no entrara a su casa. Tal vez por eso había sido tan insistente al querer meterlo cuando ya parecían estar a medio camino, pero SeHun había tenido razón al pararlos, porque lo estaban forzando, y al estar SeHun del otro lado incluso había sido lastimado por intentar meter sus manos entre el sillón y la entrada con sus inesperados movimientos.

Y ahora los tenían de nuevo aquí, con esas respiraciones agotadas, sudorosos por el inesperado esfuerzo necesitado sobre la actividad, y un poco molestos por no haber cumplido con esto.