𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟣𝟣。

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MÍO.

ㅡBuenos días ㅡalcanzó a decir

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ㅡBuenos días ㅡalcanzó a decir.

La gente en la cocina volteó casi al mismo tiempo. La rubia de cabellos largos, que revolvía huevos en el sartén, se ahogó con un chillido. El delta que ya conocía le miró de pies a cabeza con los ojos bastante abiertos, con ambas manos llevando la tostadora al otro extremo de la cocina.

ㅡ¡Vuelve a la cama! ㅡdemandó la rubia, poniéndose nerviosa.

Rolf no sabía dónde dejar la tostadora, Nazz no sabía qué hacer con los huevos. Mirando los dos pequeños escalones que tenía enfrente, el omega comenzó a caminar, siendo sostenido por su brazo derecho con suavidad.

ㅡTe tengo. Camina despacio.

Nathan se hacía levantado de su asiento y, habiendo dejado su preciada taza de café sobre la barra, se levantó lo más rápido que pudo y fue a ayudar a Eddward. Una vez estuvo sentado, le agradeció con una enorme sonrisa, sentado a un lado del beta.

El delta y la omega de rubio cabello se miraron entre sí, haciéndose señas en silencio. No se detuvieron porque el beta los miró mal, sino porque tenían quehaceres que hacer.

ㅡPide lo que quieras para desayunar, dulzura, perdimos una apuesta y ellos dos tienen que cocinar ㅡle dijo el beta, mientras devolvía la vista al periódico que fingía leer antes.

ㅡEh, bueno ㅡmurmuró, mirando a su alrededorㅡ; con unas tostadas es suficiente ㅡmiró a Nathanㅡ. El doctor me ha dicho que no debo comer esas cosas, pero tengo mucha hambre. ¿Puedes prometerme que no le dirás a nadie?

Nathan asintió desinterasado. Nazz bufó.

ㅡ¿No te dieron de comer ésos secuestradores?, ¡qué groseros!

Se encogió en su asiento: ㅡBueno, casi nunca me daban nada. Ni siquiera agua. Y con suerte tenía un buen lugar para ir al baño ㅡlevantó su mano y toqueteó la tela de un delantal que estaba encima de una silla.

ㅡOh, lo siento tanto...

La rubia estaba mordiéndise el labio de espaldas, sus comentarios no siempre solían ser muy buenos. Rolf, que estaba a su lado, le regaló una sonrisa reconfortante. Se volteó a ver al omega y le brindó una sonrisa sincera.

ㅡLamento oír eso ㅡdijo, con un pequeño asentimientoㅡ. Aquí estás mejor ahora. Cuando el doctor te deje moverte con libertad, seguro que estarás más cómodo en tu casa ㅡal no saber qué responder, el omega sólo asintióㅡ. Bien, ¿tostadas y café?

ㅡÉso suena genial.

ㅡYo preparo tu café ㅡmurmuró el beta, levantándose hacia la cafetera.

Los otros dos volvieron a mirarse, Eddward seguía tocando la tela del delantal ahora sobre el mostrador.

槍    𝗗𝗘𝗔𝗟  ❚  kevedd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora