Entre tu cuerpo y el mío.

Negación

Sentía en su interior tantas emociones que no sabía que hacer, no se había dado cuenta que se había enamorado de Jaei hasta verlo besarse con esa modelo y sentirse celosa a tal punto de querer matar a ambos.

A eso añadirle que su primer amor apareció nuevamente en su  vida, era un caos y ahora estaba a punto de caminar hasta el altar.

—Estás hermosa hermanita. —elogió Alexandra a su hermana.

—Sí, la novia más hermosa. —comentó Horyeon estando de acuerdo con que su hija estaba preciosa.

—¿Porqué luces triste pequeña? —le preguntó Yharlene.

—No estoy triste, es solo que todo ha pasado muy deprisa.

Se miró por última vez en el espejo, porque ahora sería la esposa de Im Hahyeong, mejor llamado como Jaei, sería la señora Im, parecía irreal pero de cierta forma le gustaba.

El maestro de ceremonia comenzó a llamar uno a uno los participantes que entrarían antes de la novia y finalmente ella fue llamada, llevaba un velo hermoso cubriendo su rostro y su vestido ajustado que solo lucía bien solo en ella, caminó lento tal cómo habían ensayado, sus manos estaban sudorosas mientras sostenía ese ramo de rosas rojas.

Jaei bajó del altar y fue en su encuentro porque no podía esperar a la mujer que en minutos sería su esposa, deseaba tenerla ya, porque desde la primera vez que la vio se enamoró de ella.

Sin darse cuenta Génesis sonrió al ver cómo Jaei caminaba hasta a ella y le tomaba de la mano para llegar al altar, lástima que todo estaba siendo apresurado y no tuvieron tiempo para conocerse.

El sacerdote comenzó a hablar y darle en casamiento y tanto el público como Jaei sólo esperaban la parte de donde decía que puede besar a la novia.

Cuando el sacerdote dijo si alguien se oponía el silencio se hizo presente en el lugar, Jaei sonrió y luego la tomó de la cintura después de entregarse los anillos y decírse un emotivo Sí.

—Ahora puede besar a la novia.

Jaei la acercó más a él y descubrió su rostro, estaba viendo a la mujer más hermosa del mundo, Génesis se permitió olvidarse de todo en ese momento y disfrutar, después de todo era su boda, su gran día, su corazón comenzó a latir con fuerza cuando su ahora esposo unió sus labios con los suyos y selló ese pacto sagrado con un cálido beso.

El lugar se llenó de aplausos mientras los esposos se besaban, todo parecía perfecto, como si las piezas de un rompecabezas perdido se encontraron de nuevo y encajaban, sin embargo las cosas no serían así, no cuando alguien abrió la puerta de golpe y entró al lugar.

—Yo me opongo a esta maldita boda.

—¿Mark? ¿Qué haces aquí? —preguntó Génesis volviendo a sentir la negación de hacía un momento cuando estuvo con su familia antes de salir.

—TÚ eres mía Génesis, no te vas a casar con él.

Jaei soltó una carcajada y sujetó a su esposa de la cintura de forma posesiva.

—Mark, Mark, Mark. —Jaei tomó una pausa. —Llegaste tarde, Génesis es mía, ya me dijo el sí y sellamos nuestro amor con un beso.

Mark gruñó y se acercó más a la pareja, le dio una mirada a Génesis y luego sacó una pistola, Jaei se situó delante de su esposa para protegerla.

—Mark, calmate y hablemos. —habló Génesis.

—Lo voy a matar a él, no te pueden obligar a eso, te voy a librar mi amor.

El cuerpo de Génesis se tenso al escuchar aquello, no podía permitir que Mark le hiciera daño a Jaei.

—No hagas eso Mark, por favor.

—Entonces ven conmigo.

—Ella no irá a ningún lado. —gruñó Jaei

Mark apuntó su cabeza y Génesis dejó de respirar, se acercó a su esposo y dio un paso al frente.

—Génesis ni te acerques a él.

Mark le disparó en una pierna a Jaei y Genesis pegó un grito y corrió a su lado, su vestido blanco se manchó de sangre, aún herido su esposo intentó protegerlo.

—La próxima bala será en su cabeza Génesis, si vienes conmigo no le disparo más.

Sin dudarlo Génesis se apartó de su esposo se fue junto a Mark, porque sólo así podía protegerlo.