Reyna De La Anarquía.

Despedida.

Si hubiera tenido un rumbo diferente mi vida. ¿Como seria? una parte de mi hubiera jamas sido parte de esta familia, otra, extraño los abrazos calidos de mi madre y su aroma por toda la casa. Los hermosos tulipanes en el centro de la mesa y su delicioso estofado, bajar las escaleras y ver sus fotos aun es algo que me llega al corazon, siento como mis ojos se llenan de lagrimas y solo suspiro.

-Heey!¿Que quieres de desayunar?-me pregunta mi hermano en cuanto llego a la cocina- huevos con tocino y fruta?

-Suena genial-me acomodo en una banca.

Veo a mi hermano cocinar cuando llega mi padre a la cocina con un traje y toma jugo de naranja de la nevera,

-¿Como esta tu segunda noche aqui Violette? ¿Descansaste bien?-me sonrie y sirve del jugo.

-Todo genial padre, esta muy comoda la casa tal y como la recordaba-le digo.

-Ire por un cafe a Starbucks ¿Quieren algo?-pregunta mi enfermera ya en la puerta de entrada.

-No, gracias-le sonrio.

Asiente y se retira.

-Bien, ya es hora de irme a trabajar-dice tomando su maletin y dirigiendose a la entrada, lo veo detenerse en una fotografia de mi madre y la acaricia para luego irse.

-¿Como esta?-le pregunto a Ryan.

-Ha sido muy dificil para el, ya no toma, pero si pasa horas en el gimnasio y aveces lee las cartas que solia hacerle mi madre-suspira y sirve la comida.

-¿Y tu?-le pregunto.

-Tambien la extraño, pero nos dejo un legado que debemos proteger-me sonrie.

Despues del delicioso desayuno que preparo mi hermano, lave los platos y fui a recostarme, escuche que tocaron la puerta y fui a abrir.

-Le traemos estos ramos-dice un señor.

-De quien son?-le pregunto.

-Gabriel-dice dejandolo junto a otros cuatro ramos en la mesa y se retira.

Tomo la nota y no, no quiero leerla aun, observo mi celular y veo que refleja un mensaje de el, aun siento ese dolor en el pecho por lo que dijo, ocupo tiempo y lo unico que quiero es descansar de esto, sigo observando la television y llega la enfermera.

-Te traje un pastel de fresas-me lo extiende.

-Muchas gracias, ven a ver la television conmigo-le digo.

-Bien, ¿y que ves?-me pregunta acomodandose en el sillon.

-Good doctor, sabes tambien me hubiera gustado ser doctora, pero la vida nos tiene cosas diferentes-le digo mirando la television.

-¿No te gustaba ser repostera?

-Claro que si, pero salvar vidas en vez de quitarselas a las demas personas de verdad hubiera sido algo que hubiera preferido-tomo mas palomitas del plato.

-¿Tu como fuiste enfermera?-la observo atenta.

-Las cosas no eran faciles en casa, mi madre tomaba y traia hombres a dormir con ella, aveces la maltrataban y me tocaba tratar de protegerla hasta que empezo a drogarse, alguien encargado de una casa hogar se entero y levanto un acta donde habia pruebas y empece a vivir con mi abuela, cuando era niña mi abuela era una mujer fuerte pero iba creciendo y ella envejecia, lamentablemente ella fallecio hace 3 años, me dijo que persiguiera mis sueños y junto a eso me dejo su casa y una herencia que me permitiria ejercer enfermeria, lo hacia por ella mas que nada, no sabia que hacer muchas veces cuando recaia, ahora con orgullo puedo ayudar a las personas que necesiten de mi y capacitar a sus seres cercanos, como yo hubiera querido que me asesoraran-me sonrie orgullosa.