Prólogo

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Un escrito, una historia, un libro... que extraña criatura; no es un objeto inalterable, oh no. Un libro es un ser que se transforma y muta con cada nuevo lector, o con cada nueva lectura, se alarga o se acorta, se desdibuja, se vuelve etéreo y de nuevo físico. Sus palabras escritas son trampas caza-bobos, hacen creer que su contenido es finito e inmutable. Pobres mentes aquellas que no ven que el poder del libro subyace al acecho en las sombras, oculta tras sus letras impresas, eso que algunos han llamado Ideas. He ahí la esencia de los libros, su alma. La materia eterna que se mezcla entre hojas y tinta, que se desliza cautelosa a través de los ojos del lector para injertarse en su mente y hacer de ella su nuevo cubil, trastocando para siempre al pobre incauto que osó posar su atención en la trampa encuadernada y curiosamente atractiva.

La hora del CuervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora