Dos meses después de que su senpai Tarou Yamada anunciara su relación con Osana, la vida de Ayano Aishi aparentemente no cambió si la mirabas por fuera, pero por dentro...era otra cosa.
Así como siempre lo había hecho, pretendía ser y actuar como un...
Otro día comienza, y el castaño Issei se dirige hacia su escuela, esta vez, sin los auriculares que siempre traía.
-Kokona-san tenía razón, ese tipo fuera de mi casa intentó quitarme los auriculares, que suerte que se defenderme, o hubiera terminado con algo más que un golpe en la cara- fue lo que pensó el chico sobándose la mejilla izquierda.
Después de un corto trayecto, llegó a la academia, dejó sus cosas en su casillero, aunque la puerta de este fue cerrada de golpe.
El chico suspiró y se limitó a voltearse, encontrándose con un chico de cabello rubio y ojos grises, quien lo miraba fijamente.
PD: Este será el chico.
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-Emmm...¿Hola?- preguntó el castaño pensando que el rubio lo había buscado para pedirle o para decirle algo.
-Así que tu eres el nuevo que siempre anda con mi Kokona ¿Verdad?- preguntó el rubio notándose levemente enfadado.
-¿Tú Kokona? ¿Acaso tú y Kokona-san son novios?- preguntó Issei con una ceja arqueada.
-Exactamente...así que...será mejor que te alejes de ella, o sino te meterás en graves problemas- fue lo que dijo el rubio dando un golpe al casillero en el que estaba apoyado.
-¿Kokona-san tenía novio? ¿Por qué no me lo dijo?- se preguntó el castaño mentalmente mientras veía al rubio alejarse.
Pero no decidió darle más vueltas al asunto, así que simplemente se limitó a dirigirse hacia su salón para empezar con su rutina diaria en la escuela.
Una vez llegó a su salón, buscó su mirada en su asiento, y ya localizado, fue a sentarse, dándose cuenta de que la pelinegra Ayano Aishi ya se encontraba en su asiento, el cuál estaba al lado del suyo.
-Buenos días Ayano-san- fue lo que dijo el castaño mientras se sentaba.
-Buenos días- fue lo que se limitó a decirle la chica.
-¿Y...cómo estás?- preguntó Issei.
-Bien- fue lo único que respondió la pelinegra.
-Emmm...ok- fue lo que dijo el chico antes de mirar hacia el frente.
Pasaron unos 15 segundos, y recién entonces, la chica habló.
-Oye- dijo Ayano sin mirarlo.
-¿Eh? ¿Ayano-san?- preguntó Issei prestándole atención a su compañera.
-Solo...quería...darte las gracias...por haberme acompañado hasta mi casa ayer- continuaba diciendo la chica, aún sin mirarlo fijamente.
-Oh, no hay problema, todo por ayudar a una amiga- dijo el chico con una mano detrás de su cabeza y también una sonrisa.
Recién entonces, las miradas de ambos se cruzaron, Ayano podía mirar los ojos marrones-miel del chico, mientras que Issei esta vez podía apreciar mucho mejor esos ojos negros sin brillo que tanto lo extrañaban, y hasta en cierto punto le inquietaban.