Capítulo 3

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Otro día comienza, y el castaño Issei se dirige hacia su escuela, esta vez, sin los auriculares que siempre traía.

-Kokona-san tenía razón, ese tipo fuera de mi casa intentó quitarme los auriculares, que suerte que se defenderme, o hubiera terminado con algo más que un golpe en la cara- fue lo que pensó el chico sobándose la mejilla izquierda.

Después de un corto trayecto, llegó a la academia, dejó sus cosas en su casillero, aunque la puerta de este fue cerrada de golpe.

El chico suspiró y se limitó a voltearse, encontrándose con un chico de cabello rubio y ojos grises, quien lo miraba fijamente.

PD: Este será el chico.

PD: Este será el chico

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-Emmm...¿Hola?- preguntó el castaño pensando que el rubio lo había buscado para pedirle o para decirle algo.

-Así que tu eres el nuevo que siempre anda con mi Kokona ¿Verdad?- preguntó el rubio notándose levemente enfadado.

-¿Tú Kokona? ¿Acaso tú y Kokona-san son novios?- preguntó Issei con una ceja arqueada.

-Exactamente...así que...será mejor que te alejes de ella, o sino te meterás en graves problemas- fue lo que dijo el rubio dando un golpe al casillero en el que estaba apoyado.

-¿Kokona-san tenía novio? ¿Por qué no me lo dijo?- se preguntó el castaño mentalmente mientras veía al rubio alejarse.

Pero no decidió darle más vueltas al asunto, así que simplemente se limitó a dirigirse hacia su salón para empezar con su rutina diaria en la escuela.

Una vez llegó a su salón, buscó su mirada en su asiento, y ya localizado, fue a sentarse, dándose cuenta de que la pelinegra Ayano Aishi ya se encontraba en su asiento, el cuál estaba al lado del suyo.

-Buenos días Ayano-san- fue lo que dijo el castaño mientras se sentaba.

-Buenos días- fue lo que se limitó a decirle la chica.

-¿Y...cómo estás?- preguntó Issei.

-Bien- fue lo único que respondió la pelinegra.

-Emmm...ok- fue lo que dijo el chico antes de mirar hacia el frente.

Pasaron unos 15 segundos, y recién entonces, la chica habló.

-Oye- dijo Ayano sin mirarlo.

-¿Eh? ¿Ayano-san?- preguntó Issei prestándole atención a su compañera.

-Solo...quería...darte las gracias...por haberme acompañado hasta mi casa ayer- continuaba diciendo la chica, aún sin mirarlo fijamente.

-Oh, no hay problema, todo por ayudar a una amiga- dijo el chico con una mano detrás de su cabeza y también una sonrisa.

Recién entonces, las miradas de ambos se cruzaron, Ayano podía mirar los ojos marrones-miel del chico, mientras que Issei esta vez podía apreciar mucho mejor esos ojos negros sin brillo que tanto lo extrañaban, y hasta en cierto punto le inquietaban.

Sanando un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora