MORRIGAN. [Seth Clearwater]

━━━━ 003. LUNA NUEVA.

| you are good at taming them. |

Morrigan abrió sus ojos pero rápidamente los cerró al sentirse cegada debido a la claridad del día, respiró hondo y giró su cuerpo para se acercarse hacia el cuerpo caliente y dormido de Jacob, quien entre sueño no dudó en pasar uno de sus brazos por su cintura.

El hombre lobo gruñó durmiendo y se colocó boca abajo aún con su fuerte mano en la cintura de Morrigan, la muchacha suspiró abriendo sus ojos poco a poco, entrecerrándolos en el proceso de su acostumbre.

Sonrió de lado al ver la espada desnuda de Jacob, con su brazo colgado en el aire tocando el piso, mientras que su nuca estaba mirando hacia ella. Morrigan levantó una de sus manos y la sacó de entre las mantas, dejando suaves toques en la espalda formada del hombre lobo, sintiendo el calor que liberaba con cada caricia que le daba.

Se acercó aún más a Jake haciendo que el agarre se haga más fuerte casi aplicando su fuerza lobo, Morrigan dejó un pequeño beso en el hombro del muchacho y se las arreglo para poder zafarse del agarre.

—Jake, déjame salir.

—Quédate— gruñó sin voltear a verla.

—Voy a orinarte la cama— susurro divertida.

—Bien.

Morrigan sonrió tratando de aguantar la risa, pero poco a poco el agarre que le proporcionaba el hombre lobo, se fue deshaciendo y ella gateó hasta un extremo de la cama rápidamente para colocarse de pie y estirarse, disfrutando de la libertad motora.

Observo como Jake comenzaba a palpar la cama en busca de ella y antes de que pudiera replicar, salió de la habitación silenciosa, dirigiéndose al baño para lavarse los dientes y orinar.

—Buenos días, Morrigan— saludo Billy Black con una sonrisa en el rostro.

—Hola, Billy— mustio bostezando mientras entraba a la cocina.

Suspiró abriendo la heladera y observando lo que había dentro para comenzar a desayunar.

—Paul te ha traído tus cereales, están por ahí— acotó Billy tomando su café mientras leía el periódico.

Sin decir más, Morrigan tomó la leche y procedió a cerrar la heladera. Suspiró mientras se hacía sus cereales con leche, cuando estaba por sentarse frente a Billy para comenzar a desayunar, el teléfono de la casa Black sonó. El hombre amagó a ir pero Morrigan le ganó de entrada tomándolo ella.

—Residencia Black— dijo divertida a través de la línea.

—¡Morrigan!— exclamó Paul del otro lado con suma alegria. —Iremos a buscarte.

—Estoy desayunando, Paul— contestó de mala gana mientras rodaba sus ojos. —Denme tiempo a terminar— insistió la muchacha.

—Sam dice que esta bien y que buenos días.