ложь

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Mentira.

Sett esperaba ansioso las noticias de Thresh, ya habían pasado más de cinco días y este aún no daba señales de haber encontrado algo. La espera comenzaba a desesperarle, Aphelios seguía inquieto y abrumado por la culpa y la preocupación hacia su hermana. La extrañaba tanto.

Phel estaba recuperado casi por completo, ya podía hacer muchas más cosas sin agotarse o comenzar a sentirse mareado y que su piel palideciera más, las cosas estaban mejorando en su salud y eso alegraba demasiado al pelirrojo. Ambos habían congeniado bastante bien, el pelinegro le había sorprendido, sus habilidades en la cocina en los cuidados de la casa habían sido excepcionales, incluso su madre hacía bromas de mal gusto diciendo cosas como: "Oh, cariño, serías una esposa perfecta" para enseguida voltear a ver a su hijo y guiñarle el ojo, cada que hacía comentarios así, sus mejillas se tornaban de un tono similar al de su cabello, Phel era demasiado inocente como para entenderlo.

El pelinegro, por otra parte, a pesar de que ayudaba con las tareas de la casa, comenzaba a sentirse como una carga, ya lo había sido con sus padres, no deseaba serlo con aquella familia, quería hacer más por ellos, de alguna manera tendría que devolverles el favor. Tenía pensado hablarlo con el pelirrojo, pero simplemente no podía, su voz había regresado casi a la normalidad, podía decir oraciones cortas pero completas, el problema era que, no sabía cómo ayudarlo, parecía ser que el pelirrojo ya lo tenía todo, ¿que podría hacer un chico como él? Suspiró por tercera vez en el día, estaba lavando los platos que habían ocupado en la comida, hecha por él.

—¿Todo bien, cariño? Te ves afligido por algo— escuchó la voz suave de la mujer.

—Es solo que...— se tomó una pausa antes de seguir hablando, lavo el último plato y miró a su acompañante. —Yo... quisiera hacer algo más...

—¿Algo más?— preguntó la mujer sin entender a qué se refería.

—Si... no quiero ser una carga...— susurró y esta vez miró el duelo, sintiéndose algo apenado por no saber cómo expresarse, aún le costaba.

—Oh... que lindo, pero no tienes por qué hacerlo, estas ayudándome demasiado aquí, ahora tengo más tiempo para salir con mis amigas.— bromeó y soltó una pequeña risa mientras palmeaba su hombro, aún podía ver el rostro melancólico del chico. —Pero tal vez Sett te pueda conseguir algún trabajo... háblalo con el, ¿si?— la mujer le mostró una sonrisa cálida antes de salir de la cocina. Tenía que hacerlo, sabía que Sett trabajaba, más sin embargo nunca le comentó en qué, ni siquiera tenía una idea de lo que hacía, simplemente sabía que trabajaba, tampoco era como si necesitara saberlo, tampoco quería incomodar al otro llenándolo de preguntas.

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Sett estaba a punto de estallar en furia, le habían llegado noticias que uno de sus clientes más frecuentes se estaba comportando de manera asquerosa, estaba acosando a sus empleados, eso no lo permitiría, claro que no.

—¿Donde está?— preguntó inmediatamente luego de entrar a su establecimiento. Jhin, quien era el más cercano a él, señaló al centro, cerca del escenario y Sett no perdió tiempo, se dirigió con gran velocidad. Pudo escuchar el bullicio y ver a la multitud, formando un círculo.

Jhin permaneció detrás del cuerpo frondoso, ocupándolo como escudo, quería enterarse de la situación pero no quería salir herido. No estropearía su vestimenta ni su rostro.

Infernum. ~Sett x Aphelios~ Where stories live. Discover now