Peleas y sorpresas

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El ruido de las ruedas del carruaje y el galopeo de los caballos era lo único que se escuchaba en el camino al reino de los angeles, los nervios se apoderabán del príncipe omega cada que esté avanzaba. Había terminado sus deberes reales y es que para ser un príncipe omega tenía las mismas tareas de un príncipe alfa. Sabia las tareas que un Omega tenía como la palma de su mano, pero también sabia las responsabilidades que tenía como si fuera también un alfa. Sabia usar armas para defensa propia, incluso podía gobernar el solo su reino, pero todas las especies creían que si tenía un alfa a su lado, la carga sería menos y así ambos gobernaría con igualdad.

Aunque Yoongi sabía que podía el solo, el consejo le ordenaría tener un alfa. Pronto sería la coronación, pero meses después de está, le pedirían que eligiera un alfa como su compañero y rey consorte. Y aunque no le pareciera por qué ahora ya había encontrado su alfa, sabia que los viejos del consejo tomarían cartas en el asunto.

Y ahí estaba el problema, por qué al destino le había parecido muy buena idea enlazarlo con la única raza con la que no se podía emparejar, o bueno, si se podía pero habrían graves consecuencias que perjudicarían a los reinos.

Un suspiro salió de sus labios rozados al ver el castillo a unos cuantos metros de distancia, tenía miedo de llegar a toparse con el padre de Namjoon, ese alfa daba temor, aunque era un buen rey, pero en este caso sabía que el no era de su total agrado.

Las grandes puertas se abrieron dándole acceso al castillo custodiado por guerreros angeles, el carruaje entro y minutos después se detuvo, la puerta de este fue abierta por uno de los sirvientes de su reino, este le ayudo a bajar.
Ellos debían aguardar ahí hasta que el saliera, otra absurda regla del reino de los angeles, comenzaba a molestarle la manera en que los guardias angeles miraban con desden a sus acompañantes.

¿Que tenía de malo ser diferente a ellos? ¿Por qué seguía siendo tan importante eso?
Su raza, el color de sus alas y su jerarquía, ellos seguían viviendo con el podrido pensamiento humano.

–Príncipe Yoongi, no le dé importancia aquellas miradas hacia nosotros.– Seokjin le miró con una leve sonrisa, era su omega cría, su guardia y amigo.

Apesar de ser omega era bastante bueno con las armas y defensa. Yoongi tenía pensado que una vez que el tomara la sucesión del reino Seokjin sería su consejero real.

–Seguirá molestándome aún así aquellas miradas hacia mis súbditos y amigos, ellos son menos que ustedes no deberían mirarlos de esa manera.– Murmuró un poco alto, haciendo que aquellos angeles dejarán de mirarlos.

Yoongi, tenía una versatilidad de apariencia. Era tierno, sonriente y amable, pero cuando se trataba de su reino o de defender a la gente que quería su personalidad cambiaba a una más seria, su lengua era la más afilada y no dudaba en decir lo que pensaba, el no bajaba la cabeza por ningún alfa y aquel que se atreviera a siquiera retarle, Yoongi no lo pensaba dos veces en darle una buena lección.

–Su magestad, La reina lo está esperando en el salón real.– Su vista se dirigió al alfa que se encontraba enfrente de el, tenia una cara aniñada pero un cuerpo... en definiva demaciado atractivo.

Salió de sus pensamientos y observo a Seokjin, en ese momento se había quedado quiero, parecía que casi no respiraba, al ver aquel brillo en sus ojos se imagino lo que pasaba.

Tanto como el ángel cara de bebe  y Seokjin no despegaban la mirada de sus ojos, tan hechizados  con aquel resplandor en su mirada.

Y Yoongi se sintió mal, por qué su amigo estaba en la misma jodida situación que el.

𝕯𝖊𝖎𝖙𝖎𝖊𝖘 𝕬𝖙 𝖂𝖆𝖗 -𝕹𝖆𝖒𝖌𝖎-  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora