King's Cross Final

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Después de haber desaparecido en la neblina, Dumbledore apareció en otro lugar, era casi igual en el que estaba con Harry, todo blanco, solo que este era más pequeño y había una pared de luz en uno de los extremos de lugar.

Vio una banca en medio de aquel lugar, y fue a sentarse, estaba confundido, pues no sabe que es lo que hace ahí, esperó a que algo sucediera, por unos largos minutos que parecían horas.

Estaba aburrido, así que se puso a cantar y luego a pensar, de verdad esperaba que Harry ganara la guerra contra Voldemort, confiaba en el, y que después de ese gran suceso pasara, todo volviera a la normalidad, sin guerra, solo paz y tranquilidad.

Por otra parte pensaba en qué hacía el en ese lugar, había muerto, y ya había vivido lo suficiente para disfrutar del increíble mundo mágico, así que quería avanzar adelante y llegar al más allá.

De la nada toda su persona empezó a cambiar, su piel arrugada se volvió tersa, su barba desapareció, manteniendo aún una expresión bondadosa en su rostro, su largo cabello blanco empezó a encogerse hasta los hombros y tomó un color castaño, siendo casi pelirrojo de nuevo, sus ropas cambiaron y divisó frente a él un cuadro casi transparente.

Se acercó y pudo ver que volvía a verse joven de nuevo, como cuando vivía en Godric's Hallow, se sorprendió mucho, no sabía que estaba sucediendo, así que volvió a sentarse y ahora estaba aún más confuso sobre su estadía en ese lugar.

-Curiosa visita la que has recibido-dijo una voz detrás suyo - Primero Scamander y ahora tu último favorito, Potter, ambos en situaciones similares.

Albus se quedó petrificado, ciertamente reconocía esa voz, su voz, era Gellert.

Se volteó y en efecto, Grindelwald se encontraba ahí, parado atrás de la banca, lucía viejo, como en sus últimos momentos de vida, como el hace unos momentos, no se esperaba encontrase con el ahí, con nadie además de Harry, de hecho.

-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó Albus.
Gellert solo sonrió y rodeó la banca por el lado derecho, sentándose al lado del pelirrojo.
- Supongo que lo mismo que haces tu aquí, Dumbledore -respondió el rubio.

-Me reconociste.
-Por supuesto que si, aún recuerdo como te veías la primera vez cuando te conocí.
Ambos evitaban verse, ahora sentados juntos, estaban nerviosos y aún no sabían primeramente el porqué estaban ahí.

Estaban en silencio, no uno muy cómodo que digamos, Gellert levanto sus manos observándolas, mientras cambiaban, todo su ser estaba cambiando, Albus lo observó de reojo maravillado, como los ojos bicolores del contrario miraban con un pequeño asombro como su cabello rubio estaba hasta los hombros, su piel, sus ropas, tal y como cambió el.

Ambos ahora se veían jóvenes, como si tuvieran 17 años de nuevo. Ambos querían decir algo, pero ninguno se animaba a comenzar, Albus pensando en como iniciar una conversación, mientras que Gellert queria decirle unas palabras, las cuales había pensado estando encerrado en Nurmengard.

Albus se sentía verdaderamente triste ahora que lo tenía a su lado, pensó en todo lo que vivió con el mago a su lado, todo lo que habrían hecho si se hubieran quedado juntos.

Gellert lo miró y supo en lo que su amado pelirrojo estaba pensando, quitando su orgullo y armándose de valor, le dijo:
- Al, mirame y quiero que me escuches atentamente, de acuerdo? - Albus lo miró un poco indeciso pero asintiendo lentamente, pues sabía cómo era el rubio, aunque pudo haber cambiado en todo el tiempo que pasó encerrado.

-Bien... - Gellert se tomó su tiempo para continuar -Al, yo mnm primero que nada, quiero disculparme contigo, por absolutamente todo lo que hice.
Albus se sorprendió por lo que escuchó, iba a hablar, pero antes Gellert habló primero

-Al, mira yo, estamos en este lugar, no quiero ser pesimista ahora pero, estamos muertos, y justo ahora no tiene caso comportarse como el idiota que fui toda mi vida.

Mientras Gellert hablaba,se acercó y tomó las manos de Albus, presionándolas contra las suyas.

"Al, yo te amo maldita sea, desde el momento en que te vi, supe que eras diferente a otros chicos, supe que tú serías especial para mí, una grata sorpresa me llevé cuando me di cuenta de nuestros gustos compartidos, el saber que con eso me acercaría más a ti. Todo de ti me encantaba, siempre fue así, anhelaba encontrarme contigo siempre, el verte feliz cuando hablábamos, y nos quedábamos juntos hasta que el tiempo se nos acabase.

Perdóname por todo el mal que te hice, sé que fue horrible todo lo que tuviste que pasar luego de aquel accidente, y yo no estuve ahí contigo, a tu lado, solo huí como un cobarde, sabiendo lo que sentía por tí, y decidí arruinarlo

Por mucho que queramos comprendernos, aún así no es del todo posible, luego de que los años pasaran, tú tenías tus ideales y yo los míos, pensando tan distinto, cuando estuvimos tan de acuerdo en el pasado, porque pude haberlo dejado, pero el poder y mis ambiciones me cegaron.

Lo lamento tanto, que no es suficiente el tiempo que pasé encerrado, ni todo lo que soy para lograr tu perdón, tu siempre fuiste el único que me cambió, y yo arruiné todo dejándote, porque contigo me sentía diferente, eras el único que podía ver a un Gellert diferente al de siempre.

Solo dos meses Albus, en tan poco tiempo, todo tu ser quedó impregnado en mi, en tan poco tiempo rompiste las barreras que alejaban a todos, las cuales tu pasaste como si nada, en tan poco tiempo aprendí a amarte incondicionalmente, en tan poco tiempo te convertiste en mi todo Al, te amé en ese entonces, te amé durante toda mi vida, hasta en mi último respiro y te amaré incluso en la muerte, mí Al."

Al terminar de hablar, Albus quien había estado reteniendo las lágrimas en sus ojos, rompió en llanto. Gellert lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazó, ambos se abrazaban con fuerza, no se esperaba dicha confesión, siempre amó a Gellert, y nunca dejó de hacerlo.

Mientras los llantos del menor cesaban, el mayor acariciaba su espalda y le susurraba dulces palabras en su oído para tranquilizarlo, cuando se separaron Albus aún daba pequeños sollozos, así que Gellert entre sus manos tomó el rostro de Albus, y acercó sus labios, rozándolos.

Se miraron fijamente, y Gellert no quería continuar, porque su pelirrojo aún no había respondido nada ante lo dicho, cuando iba a separarse, Albus se inclinó, cortando el poco espacio entre sus bocas, dándose un beso dulce y necesitado de amor, al fin podían probar la dulce esencia de los labios del otro nuevamente.

Al separarse, Albus juntó sus frentes y acariciando sus narices le dijo al rubio - También te he amado durante toda mi vida Gel, nunca fui capaz de olvidarte y no quería hacerlo, fuiste mi todo y aún lo eres.

Ambos sonrieron, con los ojos vidriosos y se fundieron en otro beso, aún más dulce y apasionado que el anterior.

Al separarse nuevamente, la pared de luz brilló y ambos la vieron, sonrieron, sabían que significaba eso.

- Albus Dumbledore,¿Quieres venir conmigo, y estar junto a mi durante toda la eternidad en el más allá?
- Ciertamente no sabemos que nos espera del otro lado,Gel - mencionó el menor dubitativo y el rubio lo quedó viendo mal- bueno bien, aceptó ir contigo a donde sea Gellert Grindelwald.

Al terminar, ambos jóvenes quienes ya habían experimentado toda una vida, llena de amor, traiciones, desilusión, familia, amistad, guerras, y un sinfín de cosas, caminaron tomados de la mano, y antes de cruzar la brillante pared, se susurraron con una sonrisa.

- Te amo, y te amaré, en esta vida o en la otra.

Porque el Amor es la magia más poderosa que existe.

Fin.

~Always Together ~ Grindeldore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora