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Nos dirigimos directamente a casa por algo de comer, ya era hora y pitufo Goloso seguramente tenía la comida lista, al todos estar tan unidos la comida era repartida mientras todos aportaban en encontrar ingredientes, desde el accidente de Tontin ...

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Nos dirigimos directamente a casa por algo de comer, ya era hora y pitufo Goloso seguramente tenía la comida lista, al todos estar tan unidos la comida era repartida mientras todos aportaban en encontrar ingredientes, desde el accidente de Tontin nosotros no tenemos ese deber así que solo esperaríamos a que Goloso trajera la comida, al llegar a casa le propuse a mi compañía el ir a visitar a los demás, para distraernos un rato luego de comer.

Goloso llegó con una tarta, estaba muy contento puesto que le entregamos las frambuesa que encontramos, y con todo listo fuimos a por más antes de regresar. Al irse nosotros comimos con algo de prisa, queríamos ver que tal podría funcionar nuestro pacto, al menos yo.

- Bien, yo ya terminé - me sonrió mostrando su plato ya vacío.

Viendo eso me apresure en terminar mi parte de la tarta, al hacer eso me levanté a empujar su silla, no sé que exactamente me pasa... Pero hoy estoy más animado de lo normal.

Llegamos a casa de Pitufina, quien regaba las hermosas flores de su casa, al vernos nos saludos con la mano, y se acercó

- Hola Pitufina - le saludé.

- Hola chicos ¡Que buen día hace! ¿Verdad chicos? - nos dijo sonriendo.

- Por supuesto, el sol luce muy bien hoy - le contesto Tontin - vinimos a verte, ¿Cómo has estado? -

La rubia río un poco y le contesto dulcemente - Estoy muy bien chicos, ¿qué tal ustedes? -

- Pues yo estoy más que bien - le dije aseguro a que se notaba lo emocionado que me encontraba.

- Yo también lo estoy, ¡qué bellas flores! - emocionado el menor exclamó al ver las flores que habían crecido en la puerta de Pitufina.

- ¿Te gustan? Hace unos días que el sol sale más temprano así que crecieron muy rápido, ¿quieres llevarte alguna? Tengo macetas en mi habitación- Pitufina siempre fue muy amable con todos, es algo que me agrada de ella.

- ¿Enserio? Mmmm... No podría llevármela... - dijo un tanto desanimado.

- Yo si puedo - dije ya casi por instinto, pero realmente no me arrepentiría de lo que dije, pues vi como el rostro de Tontin se iluminada de nuevo.

- ¡Perfecto! Por la tarde podrías venir, alistare una pala y la maceta con tierra - Pitufina se sacudió un poco y tomó su regadera para entrar a su habitación.

- Gracias... No era necesario... Jeje - nervioso me miró Tontin.

- Tranquilo, las flores dan bien contigo - dije en un susurro.

- ¿Que dijiste? -

- ¡Que las flores también me gustan! - algo nervioso le conteste ¿ por qué dije eso? ¿Lo de pintor era contagioso? Otra vez mi corazón latía rápido; me sonrió un poco, también se notaba algo ¿nervioso? ¿Incómodo? - ammm... Pues qué tal si vamos a ver a Filosofo... Apuesto a que quiere verte, las cosas no acabaron bien la ves pasada-

- Tienes razón... Pero el problema no era mío... ¿Crees poder verlo tu? - al parecer Tontin comprendía mi sentir al hablar de Filósofo, comúnmente Filosofo solía artarme, y no solo a mi pero parecía que Tontin era inmune a sus habladurías, solo pensar en lo que decía me disgustaba.

- Pues no prometo nada... Aún así trataré de aguantar - seguro le dije pues no quería que el y Filósofo que eran muy cercanos se distanciaran por mi culpa, yo tenía mis problemas con el pero ciertamente también le daba la razón, tontín merecía protección pero no son las formas de tratarlo como si fuera un idiota.

- Bueno, pero si te hace sentir incómodo solo dimelo -afirmo, eso me reconfortó un poco.

Nos encaminamos al champiñón de Filósofo que con el tiempo se había convertido en una biblioteca de mediano tamaño, Papá pitufo le confío sus libros, y desde ahí la mayoría iba a verlos, lo único malo es que Filosofo se ponía pesado con el "silencio" así que no se podría hablar mucho ahí. Al llegar nos dirigimos al lugar donde solía estar, una mesa grande llena de libros apilados parecía que en cualquier momento podrían caer en alguien.

- Hola... ¿Filósofo? - Tontin se acercó susurrando por el silencio se escuchaba con claridad.

- shhhhhh... - ese sonido fue emitido por Filósofo quien leía un libro verde, en medio de todo.

- hey... - también susurre elevando un poco más el volumen, no me gustaría venir aqui por nada.

- ¿Que? - algo exaltado filosofo azotó la mesa, haciendo tambalear los pilares de libros.

- ¿Que tal? - como ya dije Tontin era totalmente inmune a las acciones "malas" de Filósofo.

- ¿eh? Tontin... - dirijio su mirada al mencionado -  Y Fortachón... - al verme su sonrisa desaparecido, parece que lastime su orgullo.

- Yo estoy aquí por el, no diré nada más - conteste, no quería tener problemas y arruinar el encuentro con Tontin.

- Lo se, por eso no te diré nada más - contesto dejando su libro a un lado y comenzando a hablar con Tontin - ¿Cómo has estado? Ayer no pude venir a verte pues papá me dijo de hacer una investigación... - y otra vez comenzó su habladuría, supongo que esto durará más de lo pensado, lentamente me dirijo a una de las estanterías de libros, veo uno que llama mi atención, era uno de color rosa, con el título "PRIMAVERA" no parecía ser un libro de plantas pues comúnmente suelen tener hojas en la portada, pero este libro solo tenía el título.

Lo abrí en una página aleatoria, tampoco lo leería entero, la página que quedó fue una muy curiosa.

"Las parejas suelen juntarse al florecer los campos, ese sentimiento suele ser conocido como amor, donde cada ser vivo expresa su cariño hacia lo que más le gusta, el amor suele ser mágico, se dice que dos almas gemelas están unidas por la magia, y el amor se demuestra así, ambos nacen para protegerse y darle al otro lo que le falta. "

¿Magia?  Entonces este libro debe ser de hechizos... Por alguna razón tuve un presentimiento dentro de mi, y volteó a ver a a Tontin y Filósofo, el último estaba hablando animadamente tanto que movía sus manos rápidamente, y en uno de sus movimientos empujó la pila de libros estos por gravedad caerían, pero ese no era el problema, caerían en Tontin...

Sin darme cuenta siquiera corrí a resguardar a mi compañero, para suerte mía llegue a tiempo recibiendo el golpe por el, eran solo libros, pero sabía que si alguno muy pesado llegaba a su pierna podría dolerle más.

Me reincorpore, quitando algunos  libros de mi cabeza, miré a Tontin quien estaba asustado por lo repentino de mi abrazo.

Aclare mi garganta más por nervios que otra cosa, me reincorpore, y voltee a ver a filosofo - la próxima... Trata de no poner tantos libros - trate de ser amable en mis palabras.

- Claro... - me miró, también estaba preocupando por Tontin eso se notaba.

Un silencio incómodo se hizo presente, hasta que el menor de todos hablo.

- Yo... Filósofo... Ya tenemos que irnos, Pitufina debe estar esperándonos... - no era totalmente cierto puesto que no había pasado mucho tiempo, pero sabía que Tontin lo hacía más por mi que por el.

- Que... Les valla bien - en un intento de sonrisa el egoísta respondió.

Suspiré con alivió, no habíamos discutido, pero sí que era un ambiente pesado.

...

- entonces, ¿a donde vamos ahora? - ya afuera de la biblioteca le pregunté.

- pues... ¿Que tal a ver a Vanidoso? Hace mucho que no le veo - me sonrió.

- Tienes razón... - le dije tomando la silla y yendo en dirección al mencionado.

- por cierto... Muchas gracias... - dijo dulcemente, si esa sería mi recompensa lo salvaría siempre.


PitufiRomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora