Capítulo 2

361 70 40
                                    

Desperté tan temprano que ni yo era capaz de creerlo. El sol aún no salía, y una mañana así era genial para caminar por el bosque. Ayer había visto un par de senderos que llevaban a este amplio y nuevo terreno, y además parecía un buen lugar para practicar; hace mucho que no usaba el arco.

Me coloqué una amplia camisa blanca, un pantalón oscuro y botines. Luego me colgué mi kilt con los patrones de mi clan en la cintura, sostenido por un amplio cinturón de cuero, y por último tomé mi capa negra.

Tomé mi arco y flechas e intenté salir sigilosamente para no despertar a Hilda. Tal vez podría cazar algo para el desayuno.

Mientras me internaba en el bosque, distinguí una tenue luz anaranjada que se asomaba por el horizonte muy lentamente. Había caído rocío y el ambiente era sorprendentemente húmedo, lo suficiente para que mi cabello se esponjase. Resoplé disgustada.

A veces odiaba mi cabello.

Levanté mi capucha e intenté cubrirlo un poco con eso.

Había caminado cerca de unos treinta minutos, siguiendo el camino de río torcido, tratando de llegar a su desembocadura. Los árboles en Berk lucían mucho más altos y antiguos, pero de alguna forma me hacían recordar a casa. Inspiré el aire frío de la mañana, y me imaginé estando por los senderos del bosque de DunBroch junto a Angus.

Pero entonces, sacándome de mis fantasías, oigo un rugido agudo. Abrí los ojos como platos e inmediatamente alcé la cabeza hasta el cielo, intentando encontrar su origen. De repente, un demonio negro como el cielo nocturno cayó de lleno frente a mí. Dio un salto hacia atrás con el corazón en la boca, y casi por acto de reflejo tomé con rapidez una flecha de mi carcaj y me apresuré a tensarla en el arco, apuntando a la criatura frente a mí.

La bestia de profundos y electrizantes ojos verde gruñó, enseñando toda una hilera de amenazantes y más que poderosos dientes. Apunté a su ojo izquierdo disparé, sin embargo alguien se interpuso frente a mi unos segundos antes, golpeando mis brazos y logrando que fallara en mi tiro limpio.

-¡Woow, tranquila! -El chico que se cruzó hizo que la flecha volará al cielo y se perdiera- ¡No te hará daño, no lo hará!

Parpadeé, media patidifusa, y miré al muchacho frente a mí.

-¡¿Qué es... eso?! -exigí totalmente escandalizada, pero rápidamente me di cuenta. Eso era...

-¿Que no es obvio? -preguntó el chico, levantando una ceja.

Miré a la bestia un par de segundos antes de asentir. Era un dragón.

-Sí... Creo... Creo que lo es -respondí con algo similar a una sonrisa nerviosa.

El chico me soltó y dio un par de pasos hacia atrás, antes de hacer una reverencia de presentación.

-E-esto... Princesa Mérida, me llena de... -se detuvo un momento, buscando la palabra correcta-, ¿gozo? -carraspeó-, presentarle a Chimuelo, mi dragón.

Oh, bueno... Vaya. No me esperaba que mi primer encuentro con un dragón fuese tan caótico. Parpadeé, y me giré a ver al chico que hacía una reverencia frente a mí.

-¿Cómo... sabes mi nombre? -pregunte lentamente.

El chico se enderezó con rapidez y carraspeó.

-Oh, bueno, yo fui quien recibió tu carta diciendo que eras una princesa, y bueno, al resto de reclutas ya los conozco, entonces como a ti no te conozco, yo solo supuse que eras... Ella.

SCHOOL OF DRAGONS ━━ mericcupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora