SCHOOL OF DRAGONS ━━ mericcup

Capítulo 3

Todos los nuevos reclutas debíamos reunirnos en la arena por la tarde. La arena era similar a una cúpula, cubierta por barrotes y pesadas cadenas. Entré con el resto de mis nuevos compañeros, en total éramos tres chicos y tres chicas, y todos parecían rondar la misma edad que yo. 

Incluso si algunos de nosotros éramos forasteros, eso no evitó que muchos nos dieramos una mirada evaluativa a cada uno. Un par susurraban cosas entre ellos, otros no parecían interesados, y luego estaba esta chica solitaria que me miraba con una brillante sonrisa en su rostro. Era pálida, con un espeso cabello negro que llevaba suelto, y destellantes ojos azules. Al ver que la atrapé mirando, la chica se me acercó sin dudar. 

—¡Hola! Soy Laika, y tú debes ser Mérida, la princesa del Clan DunBroch —dedujo estirando su mano. 

Su voz me pareció como tintineos de campanas.

Estreché su mano con la mía.

—Emm, sí. Al parecer todos aquí me conocen —comenté con una risa nerviosa.

—Oh sí, fuiste una de las mayores noticias que recorrió Berk, no todos los días llegan gente con títulos de nobleza —comentó—. ¿Ya tienes tu propio dragón?

—No, aun no tengo uno... ¿Ustedes sí? 

Mi curiosidad aflora, naturalmente.

—Oh sí, mi dragón es una Pesadilla Monstruosa, se llama Vaella. 

—Pero si ya tienes un dragón… ¿Qué haces aquí?

—La mayoría de los que viven en la isla tienen uno, pero nosotros queremos aprender los secretos, técnicas y orígenes de los dragones, que solo saben los primeros jinetes — explica articulando con sus diminutas manos—. Además, esto nos dejará ascender a puestos y actividades importantes en el futuro. 

Uno de los tres chicos  se acerca a nosotras. Laika y yo nos miramos entre nosotras y luego a él. 

—Hola —dijo, amable y cordial—. Tú debes ser la princesa, ¿no? Y tú…

Laika sonríe y extiende su mano, la cual el chico acepta gustoso. 

—Laika de Tyr, hija de Edan El Cuervo. 

—Hablando de títulos extensos —comenté con una risita. 

El chico me acompaña, y parece agradable. Es alto, con un cabello dorado que lleva atado en medio moño, y ojos de un verde marítimo. 

—Soy Keppler, Keppler Bjørn.

—Mérida —digo con simpleza. 

—Yo soy Calisto, dulzuras —siento que murmura seductoramente alguien en mi oído.

Me giré a verlo con el ceño clavado sobre mis ojos. Era un pelirrojo de hombros anchos y una sonrisa que pretendía ser seductora. Mientras intento deshacerme de su agarre, veo como otro chico se nos acerca tímidamente. 

—A mí m-me dicen Voyager.

Voyager es un chico pequeño, en comparación a los otros dos. Es escuálido, con un revuelto cabello tan oscuro como el de Laika, y ojos tormentosos de un color índigo. Parece realmente tímido, asi que le doy una sonrisa para calmarlo. 

—Un placer. 

De repente Calisto quita a Voyager del medio con un empujón y me rodea con su pesado brazo. Intenté safarme, pero es como tratar de levantar a mi padre de su silla por la fuerza: imposible. Resoplé y busqué a Laika con la mirada para pedirle una ayudita al respecto, pero ella se había ido a hablar con la otra chica que nos miraba a todos con desaprobación.