Capitulo 17

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El BMW de Valentina era una pasada. Juliana no podida dejar de mirar sus manos sosteniendo el volante, lo bien que se escuchaba y ronroneaba... estaba segura de que tendría un orgasmo antes de llegar a los Hamptons tan solo con sentir la transmisión y como el auto obedecía sus movimientos en menos de una milésima de segundo.

Escuchó la risa de Valentina y la miró.

-¿Qué?

-Pareces una niña con un juguete nuevo-Siguió riendo y Juliana sonrió.

Valentina se veía mucho más relajada, y joder con esa ropa tan informal le aceleraba el jodido pulso.

¿Por qué no la usaba a diario? Se veía jodidamente sexy en camiseta y vaqueros...

Claro que ella solo podía pensar en quitársela, pero ese era otro tema.

-Estoy a punto de correrme aquí mismo-Siseó Juliana-Este auto es una puta pasada, jefa.

Valentina sonrió relajándose en el asiento de al lado.

-Es solo un auto.

-No, no lo es. He conducido muchos y este... mmm-Gimió-Dios, se siente genial.

Notó que Valentina le ofrecía una mirada significativa.

-¿Eso ha sido un gemido?

Juliana rio entre dientes.

-Un gemido de gusto-Asintió y la miró de reojo-Los de placer los guardo para después.

Valentina la miró seria.

-Juliana, no sé qué estás pensando, pero te he invitado solo para hablar.

Juliana apretó los labios para no reír.

-Por supuesto-Asintió-No he dicho que los haya guardado para ti, ojos azules. No seas egocéntrica.

Valentina la miró con una mueca.

-Aún estoy molesta-Miró por la ventanilla.

-Me parece curiosa la forma en la que te enfadas. Esperaba más gritos y golpes, la verdad.

Valentina sonrió a medias de forma triste.

-Nunca he sido de las que gritan...-Juliana le dio una mirada divertida y significativa y Valentina supo que se debía a sus gritos en la intimidad así que le dio un manotazo-Ya sabes a lo que me refiero-Carraspeó-La verdad es que mi molestia suelo demostrarla de otra forma-Se quedó pensativa-En realidad no estoy molesta, estoy simplemente dolida y cansada. Cansada de tantas mentiras...

-Nunca quise mentirte, ojos azules, pero era necesario...

Valentina apoyó la cabeza en la ventanilla.

-Dejemos esta charla para cuando lleguemos ¿si?

Juliana asintió y se concentró en el camino.

Estuvieron en silencio hasta que Valentina le indicó algunos cruces y desvíos.

La casa no era tan grande como Juliana se imaginaba. Es decir, para nadie era un secreto que Los Hamptons era la cuna de los ricachones de Nueva York y en donde tenían sus casas de playa.

Pero aquella casa, aunque era grande claro, tampoco era demasiado ostentosa. Parecía más bien... acogedora.

Juliana bajó el par de bolsos que había llevado Valentina y el suyo, y ambas se encaminaron hacia la puerta.

La casa tenía un pequeño porche en donde había un columpio, y por la ladera se podía ir fácilmente caminando hacia la playa.

Cuando entraron, Juliana silbó.

November Rain (Juliantina)(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora