2: El encuentro

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Algunas escenas pueden ser fuertes, no aptas para menores, se recomienda discreción

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Todo sucedió hace ya muchos años. Yo tenía 17 y era cuestión de tiempo para cumplir los 18.

Después de 12 años de haber vivido en Tokio, finalmente regresaba a mi hogar; Domino.

Por supuesto mi abuelo y mi hermana estaban felices de verme, pues desde mis seis años yo no veía a ninguno de ellos. Al menos no en persona.

— Mi nieto, finalmente puedo abrazarte de nuevo.— abracé a mi abuelo como nunca. El sentir su calidez me hacía sentirme reconfortado. Me recordaba parte de mi infancia antes de irme a Tokio— Veo que ya no eres un niño. Ahora te has convertido en todo un jovencito. Y uno muy sonriente.

— ¿Qué más puedo hacer? Quiero ser feliz este tiempo que tengo

— Yugi...

— En Tokio aprendí muchas cosas. Conocí buenas y malas personas que me hicieron ver la vida de una manera totalmente diferente...— una sonrisa y el rostro de una persona cruzó momentáneamente mi cabeza y yo sonreí— Además, tengo una promesa que cumplir.— concluí con una sonrisa.— Se hace tarde, debo irme.

— ¿A donde irás?

— Quiere darle la sorpresa a su hermana. Irá por Mika al colegio.— habló mi madre.

— ¿Sabes cómo llegar?

— Claro abuelo. No te preocupes. Recuerdo muy bien esta ciudad a pesar de estar ausente tanto tiempo— sonreí y salí por la puerta por la que hace unos momentos había entrado.

Respirar el aire de mi lugar de nacimiento era especial. Me recordaba que pertenecía ahí y que no quería irme a ningún lugar. Muchas cosas habían cambiado en la ciudad. Lo cual era lógico.

Un aroma llegó a mis fosas nasales mientras cruzaba el parque. Era el aroma de mi pastel favorito. El aroma que me recordaba mi niñez.

— ¿Yugi? ¿El pequeño Yugi?— yo sonreí y asentí

— Señora Gardner. Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo está?

— Muy bien, gracias. Pero mírate, has crecido y te has vuelto apuesto— yo sólo me sonrojé ante sus palabras—  Dime Yugi, ¿Volviste para quedarte?

— Si. El avión aterrizó esta mañana. Acabo de llegar a la casa de mi abuelo y ahora iré por mi hermana a la escuela. Quiero darle una sorpresa.

— Pues también le darás una sorpresa a mi nieta si la llegas a ver. Te ha extrañado mucho estos últimos años. Ciertamente se ha sentido muy sola sin ti aunque creo que escribirte y recibir cartas tuyas la mantuvo con vida.

— Pero Tristán, Joey y...

— Ellos ya no están con ella. Hace mucho que dejaron de ser buenos amigos de Tea. 

Cambio de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora