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Oficialmente han pasado doce semanas desde que Máximo se encuentra trabajando en casa sin salir de viaje o fuera de la ciudad, es increíble, por lo regular ésta meses, pero entre esos sale un día o quizás una semana, es gracioso porque no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hizo.

Me encuentro en el jardín sentada en el antiguo columpio de madera con una taza de té entre las manos, escucho el timbre de la puerta principal, me apresuro a abrir y lo primero que veo es una maleta color marrón para después recorrer la vista hasta encontrarme con Millie una vieja amiga de secundaria, no evita soltar un grito de emoción y correr a abrazarme, trato de actuar rápido y la saludo con el mismo afecto.

____ ¡Hola Laila, que emoción de volver a verte!

____ El gusto es mío, por favor pasa__ Me hago un lado para que ella entre directo a la sala.

____ ¿Venga pues desde hace cuánto tiempo no nos miramos? te vez muy guay__ Me pregunta con la voz un tanto quebrada.

____ Pues prácticamente son como 6 años

____ Tenéis razón, el tiempo pasa que vuela

__Y que tal te fue todo este tiempo en España, ¿tu familia también vino? __ Le pregunto para tratar de evitar que llore.

____ Excelente y no, se han quedado en Valladolid, yo he venido unos días

____ Entiendo, me avisas cuando te vayas para antes salir, aunque sea por un café__ En eso Miro que Millie voltea ver a lo que parece Máximo escuchando nuestra conversación.

____ ¿Es vuestro padre verdad?

Asiento con la cabeza y Millie se aproxima a saludarlo con la misma energía.

____ ¿Me recuerda? __ Se dirige a máximo.

____ Claro que sí, un gusto volver a verla __

____ El gusto es mío

____ Yo y Laila nos disponemos a cenar ¿Gustas acompañarnos? __ volteo a ver a Máximo rápidamente y me enfurece que lo esté haciendo nuevamente, bastante tuve que aguantar cuando estaban los niñeros.

____ Yo os doy gracias por el ofrecimiento, pero se va haciendo tarde, me despido, Laila nos ponemos de acuerdo, ¿vale?

__ Por supuesto__ Me levanto del sillón y rápido se despide de Máximo, la acompaño a la puerta para despedirnos y mirar cómo se marcha.

Subo rápido a mi habitación y a través del balcón alcanzo a ver que ha comenzado a llover, recuerdo que he dejado mi móvil y mis libros en el jardín, bajo corriendo y tropiezo con un el último escalón, me pongo en pie y recojo rápidamente mis cosas.

Cuando voy de regreso a mi habitación me llega una pequeña notificación, al parecer es un mensaje.

"Laila, tu guapo, pero no gentil niñero te verá muy pronto, descansa..."

__ Ja' Como si me importara __ susurro y subo a toda prisa. Vuelve a sonar mi celular __ Ahora que más quiere __ Por fortuna era un correo de Sam.

"Hey, ya está la reservación en el restaurante de todos los años, como sabes se llega un día emotivo y la tradición no se debe perder, mañana te mandare la hora, el día ya lo sabes, nos reuniremos en el almuerzo todas para afinar detalles, tu amiga que te quiere, samanta".

La seriedad vuelve e inundar mis pensamientos como en los últimos tres meses. Me recuesto en mi cama y me pongo a pensar que es cierto, aunque intente olvidar exactamente se acerca un día que me encantaría olvidar o regresar el tiempo y corregir todo, lamentablemente es imposible.

Destino inciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora