0005

487 49 3
                                    

Emilio

Me estaba volviendo realmente loco, sentía que mi cuerpo ardía, que la desesperación y la ansiedad me comía, que en mi solo pasaba como mi cuerpo sería manipulado al antojo de un desgraciado, que solo me utiliza para exalciar su sed de deseo y placer, pensando claramente nunca pensé terminar como el objeto sexual de aquellos que me odian y que se dieran su aire de grandeza explicándole a los demás que hacían con mi cuerpo, no me bajarían de "Puta, zorra, abre piernas o fácil".

Me empezaba realmente a sentir sucio, sentir aquellas asquerosas manos tocar lentamente mi cuerpo, besar mi cuello con desesperación, causando chupetones que serían fáciles de ver, yo sólo lloraba y trataba de alejarlo, pero era inútil, ni siquiera tengo la fuerza necesaria para alejarlo.

Desesperado el desgraciado, empezó a quitar mi pantalón rápidamente, yo trataba de sujetarlo para que no bajará por completo la prenda, veía mi fin, me movía, causando varios golpes por parte de este por no quedarme quito, llegando al extremo de reventar mi labio, y tener mi ojo morado.

Quería morir, en verdad lo anhelaba, ya no tengo nada que perder, lo perdí todo desde hace mucho tiempo, el amor y compresión de mis padres, mis amigos ya no me hablaban, les daba asco con tan solo mirarme, ni siquiera nadie me dirige la palabra, para poder ser mi amigo, solo era su conejillo de indias que utilizan para desquitar su coraje, y mi único amigo ni siquiera se acercaba a mi.

Sentía el dolor de aquel pene duro penetrandome, gritaba como loco, para llamar la atención de alguien para recibir ayuda, pero todo era en vano, el dolor era insoportable, me siento inútil, no soy nada, a penas empezaba a lastimarme y ya me sentía morir, sentía que ese tiempo era eterno, ya no podía pensar en nada más, solo en mis pensamientos recorría los momentos crueles por los que eh vivido, ya ni siquiera podía sentir el dolor, estaba muerto en vida.

De repente se escucharon pasos, tenía miedo ¿Y si trajo a más amigos?

Lentamente entro un señor de aproximadamente 54 años, al parecer era el señor de limpieza, corrió rápidamente y detuvo al desgraciado, el señor solo gritaba "Corre muchacho, corre, perdóname por no llegar a tiempo".

Como pude me levanté, mi ropa estaba un desastre, mi pantalón estaba destruido, pero así lo llevaba, no importaba nada, en mis piernas recorría sangre, yo sólo corría y corría, aunque el maldito no tardó mucho tiempo, abuso de mi por más corto que fue su tiempo, lo hizo, mi labio y mi ojo ardían, mi cuerpo dolía y quemaba ferozmente.

No me dí cuenta cuando caí de rodillas a medía carretera, el lugar estaba solitario y por aquel lugar los carros no pasan habitualmente.

Sólo lloraba, me golpeaba en mi cabeza con mis puños, todo este tiempo yo soy el causante de mis tragedias y culpo a los demás por ello, de repente sentí una mano tocar mi hombro, sin mirarlo retrocedía unos cuantos pasos.

Una voz de preocupación se escuchó en ese lugar preguntando
"Está bien"
"Puedo ayudarlo"

De pronto sentí como aquellos brazos me levantaban, yo mantenía la cabeza agachada, que horror que me viera así, el levantó mi mirada y lo ví, a él, a la persona que menos deseaba encontrarme en ese momento estaba ahí, viendo lo estúpido y débil que soy.

Joaquin

A penas llegué a casa decidí dar un par de vueltas por los lugares que encontrase para conocer más, ya llevaba tiempo rondando, hasta que ví una persona de rodillas llorando, me acerque para brindarle apoyo, le pregunté si se encontraba bien, y si podía ayudarlo, el no me miraba, por lo que decidí levantar su vista y ahí fue cuando lo ví, ví a mi Emilio destruido, con golpes y su ropa desgarrada, en sus piernas corría sangre, sabía lo que había pasado, y todo era mi maldita culpa, por cobarde, por quedar bien con los demás, había destruido en tan solo un día lo que más quería.

A penas me observo retrocedió de espaldas rápidamente, sin darse cuenta que un carro pasaba velozmente, como pude lo empuje, los dos caímos al suelo bruscamente, no me importaba si me había lastimado o si él se había lastimado, lo único estúpido que hice fue gritar :

¿Eres realmente estúpido? Cómo se te ocurre querer correr sin darte cuenta de que pasaba  un carro ¿Quieres morír?

*Enserio Joaquin eres un idiota, en vez de abrazarlo, lo único que hago es gritarle, soy estúpido"

Eso hizo que todo estallará en aquel lugar, no me dí cuenta cuando Emilio por fin había hablado

"Ya estoy muerto Joaquin, ya lo estoy, tú no sabes realmente como me siento, ya no puedo, dime, dime qué tengo que hacer para dejar de cargar toda esta maldita presión que eh cargado por años, dime cómo olvido los golpes, los abusos, los gritos, las groserías y las humillaciones, solo dime"

Vi como se acercó y golpeaba mi pecho, lloraba frenéticamente, y solo repetía: "Yo soy el causante de todo lo que me pasa, nadie más, yo lo provoque, yo lo cause, y es lo que ahora merezco" gritó.

Empezaba a llover y sólo yo veía como seguía golpeando mi cuerpo débilmente, no importaba nada más, solo éramos nosotros dos, no importaba la lluvia, no importa lo mojado que estábamos, solo pude abrazarlo y decir en un susurro y rotamente : "No te merezco, perdóname, yo tengo la culpa, yo te abandone, pero de ahora en adelante ya no más, lucharé por lo que quiero ahora"

Hola chic@s gracias por leer está historia pésima, perdón por la tardanza, eh estado ocupada y por eso se me hizo difícil actualizar, pero aquí está espero les guste

"Mi realidad no tiene escape"-EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora