0004

468 50 6
                                    

Emilio
Sentía que moría lentamente, mi garganta ardía y quemaba por dentro, mi respiración se había hecho agitada, mi vista era nublada por las lágrimas que resbalan y hacían que viese borroso, solo mi alma pedía a gritos descansar en paz de una maldita vez, dejar de ser un estorbó para todos aquellos que me rodeaban, poder irme sin que nadie se de cuenta, absolutamente todos a los que quería, me demostraban su indiferencia, papá ni siquiera me mirase a los ojos, con mamá y mi hermana no eh cruzado palabras desde que tengo memoria, mis amigos ya me ignoran y sobre todo Joaquin me odia, le doy asco, soy tan estúpidamente ciego que no me doy cuenta que ha lado de Joaquin no soy nada y hoy fui testigo de eso,el escuchar su voz, dónde me recalcaba que mi vida ha sido miserable y que lo seguirá siendo hasta que yo muera, en mi cabeza retumba, cada una de esas malditas palabras que no tienen más que razón.

Mi cuerpo se siente débil, me siento como si estuviese muerto, aunque mi espíritu sigue rondando por ahí, pidiendo consuelo, solo pensaba en que la escuela acabase, para yo poder correr a "casa" y darme consuelo por si mismo, darme pena y decir lo patético que soy, yo sólo.

Hoy era un día terrible, era un día demasiado triste, el cielo era gris, esté estaba realmente apagado, como si esté se diera cuenta del dolor de aquellas personas que sufrimos sin razón alguna, tan solo esconder mis golpes, moretones y mi mirada rota, ante los demás que siempre trataban de resaltar lo desagradable que es mi vida.

Ya no me importaba nada, no podía ser un día en el que podría empeorar más o eso creía....

Las clases pasaban y yo solo anhelaba que esté se apresurase a terminar, ni siquiera podía poner atención a nada, solo en aquella hoja de papel un tanto arrugada y un lápiz desgastado que hacían que mi mano estuviese controlado para poder escribir lo que quería expresar, era amante de la literatura y a través de lo que escribía en aquella abandonada hoja, hacía que mi corazón herido se sintiese libre por un minuto, por lo menos si no podía expresar lo que sentía, a través de mis palabras puedo liberarme consigo mismo, ser feliz solo en esos momentos, dónde ya nada interesaba, en dónde podía arder todo lo que estuviese a mi lado y ya no importa, si tan sólo fuese valiente para poder levantarme...

La chicharra empezaba a sonar, indicando que era la hora de marcharse de la "cárcel" a la cuál yo consideraba así, agarre mis materiales y los guarde con rapidez, para poder salir, me puse la mochila detrás de mi espalda y en mis manos sostenía esa pequeña hoja arrugada dónde expresaba como me sentía, al salir, lamentablemente se me ocurrió ir al baño, si tan solo no hubiese ido a ese lugar...

Entre al baño a lavarme las manos, pues no quería que se viera la mugre y las raspaduras que tenía tan fácilmente, para la gente me criticará rápidamente, no me dí cuenta de lo distraído que estaba que alguien estaba detrás de mi, hasta que empecé a sentir su respiración agitada, al voltear, esté me miraba con deseó y lamía sus labios, era un chico alto y robusto, y que estaba en celo, sin pensarlo trate de salir de ahí, pero esté me agarró fuertemente del brazo y me estrelló ante la pared, en mi mirada reflejaba el miedo y la desesperación, y sabía que ya era realmente tarde, el robusto chico se acercó a mí y susurrando al oído me dijo:

"Hoy por fin tendrás la dicha de conocer lo que es realmente el placer pequeña puta, te haré que ésto jamás lo olvides"

Hoy por fin me di cuenta de algo, que mi vida si puede empeorar más, y que todos te pueden hacer miserables, sin darse cuenta como piden destruir a esas personas, hoy solo quería que esto se acabase...

*Perdón chic@s por la tardanza, por problemas de conexión y familiares, se me hace muy difícil actualizar, también quiero darles las gracias por todo el apoyo que le brindan a esta terrible historia, se los agradezco.

"Mi realidad no tiene escape"-EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora