Everything has changed

Temblar

"He descubierto que muchas veces la vida no nos da segundas oportunidades, que tenemos que crecer con el viento y sumergirnos en los recuerdos, también he aprendido que el miedo se apodera de nosotros y que una sonrisa puede significar miles de sentimientos juntos"

"Una sonrisa..."

Respiro ondo y vuelvo ha dar un sorbo a mi café recién hecho, me incorporo de la cama y salgo al balcón. Apenas hay gente en la calle, miro la hora, "las doce", normal , hay un grupo de chicos jugando con un balón y haciendose de rabiar los unos a los otros sin descanso.

Vuelvo a entrar en casa, hace frío, cojo la manta que me regaló mi madre antes de mudarme junto a muchas otras cosas, me siento y recuerdo cuando estaba viviendo en Alcalá, recuerdo cada quedada con mis antiguas amigas, cada risa, cada lágrima, cada recuerdo es un mundo. También recuerdo cada verano en los portales de muchas de ellas junto a palomitas y coca cola.

Una lágrima recorre mi mejilla, "seré estúpida"

Me levanto corriendo del sofá y me dirijo a mi habitación, agarro el potatil y lo llevo a la cocina, pero algo interrumpe mi camino, un chillido, un chillido de una voz conocida:

-¡Rapuncel, Rapuncel, deja caer tu pelo!

Esto provoca que tire el potátil al sofá y que salga volando hacia el balcón:

-¿Tú eres tonto? Se están riendo de ti, baja la voz.

Este sonrie y me guiña el ojo:

-Ábreme.

-Voy.

Le abro corriendo y dejo la puerta abierta esperando a que suba.

Por fin llega:

-¡Sorpresa!

-¿Qué narices haces aquí, David?

-Me aburría.

-¿Y a las doce y cuarto se te ocurre venir?

-Sabía que estabas despierta, lo sabía.

Río , este chico es además de despistado el único o uno de los únicos que es capaz de sacarme una sonrisa cuando más lo necesito:

-Anda, siéntate.

**

-¡Esta eres tú! ¡Pero que enana!

David había encontrado uno de mis álbunes de fotos que tenía escondidos por ahí:

-Si, era guapa guapa.

-Has ido perdiendo con el tiempo.

-Más quisieras- Dije molesta tras darle una palmadita en la espalda.

-Pues mira yo que guapo que era- Este saca su móvil del bolsillo y me muestra una foto de cuando tenía unos tres o cuatro años.

-Eras monísimo por dios.

Hubo silencio y yo aún me seguía preguntando qué hacia David en mi casa:

-Son las dos, me da a mi que me voy a ir yendo ya...

-¡Ya! Que rápido se me ha pasado...

-Si, bueno, adiós...

Tras despedir a David cojo mi teléfono, estando con él me había hecho sentir que necesitaba hablar con Carlos, desde esta tarde no le veía, ya, lo sé, sé que en verdad no hacía nada que le había visto.

No sabía si hiba a estar despierto debido a que eran las dos de la mañana pero algo me decía que iba a estar ahí, pegado a su teléfono y twitteando alguna que otra cosa porque se aburre.

Tras mi último pensamiento río y escribo un tweet: "Que pesado es @CarlosAuryn cuando quiere"

Al segundo recivo otro tweet como respuesta: "@RocíoDomenech_8 sé que me echas de menos, no lo admitas"

¿Lo echo de menos de verdad? Si. O eso dice el escalofrío que acababa de recorrer mi cuerpo de pies a cabeza o de cabeza a pies varias veces.

Ahora recuerdo, corro al espejo y allí sigue, la foto, el mensaje , no lo he quitado y no lo pienso quitar, cojo el movil y twitteo: "¿Nos vemos @CarlosAuryn?"

Al instante recibo contestación de aquel chico rubio: "Nos vemos @RocioDomenech_8"

Me da a mi que mas de uno se quedó pensando que significaba lo que su ídolo acababa de twittear, yo lo sabía y creo que era la única.

***

Llaman al timbre, es lo que me hace levantar de la cama y chillar "¡Quién es!" a lo que no recibo respuesta alguna.

Nada más abrir me encuentro con algo que no pensaba que me encontraría , un oso de peluche, si, uno grande y blanco que llevaba una nota pegada. Me agaché a recogerlo y leo lo que pone : "Empieza tu día con una sonrisa, por que si no el mío no tendrá sentido" busco la firma pero lo único que encuentro es: "Ya sabes de sobra quién soy".

Salgo más al pasillo y me da lo mismo que esté en pijama, con moño y zapatillas de andar por casa.

Miro hacia los dos lados pero no hay nadie , así que con la cabeza gacha y abrazando a mi nuevo oso de peluche me dispongo a entrar en casa , cuando alguien chilla:

-¡Habrá que ponerle nombre! ¿No, envidiosa?

Sonrío y lentamente me doy la vuelta poco a poco:

-¿Y esto a qué viene?

-No sé.

***

Pasa la mañana y Carlos se va debido a que tiene que grabar, estoy acostumbrada ya.

Me tiró en el sofá y desde allí me doy cuenta de algo, hay una carta que aún no he abierto en la entrada , "que raro, pensaba que ya había abierto todas"

Me levanto y la abro lentamente , comienzo a leerla y al terminarla se me cae al suelo y comienzo a temblar: "No, ahora no" balbuceo y me siento en el suelo apoyando mi cabeza sobre mis brazos.