Niccolò Paganini

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Esa tarde había salido temprano del trabajo envuelto en lagrimas de impotencias, la ira recorría su cuerpo mientras apartaba cada lagrima con furia. Odiaba a Kim SeokJin y odiaba a su jefe Kim NamJoon. 

Caminaba por las calles heladas de Daegu, con el cielo nublado, el clima acompañando su estado de animo. Pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer y el solo quería llegar a casa. Había sido despedido por una injusticia que ni siquiera valía la pena recordar.

Realmente su vida era un asco desde que se mudó a Daegu en busca de "aventuras" desde que decidió ser independiente todo le salía mal, ahora debía encontrar con prontitud un nuevo trabajo para cubrir sus necesidades y no tener que regresar a Busan con su madre la cual haría el sermón de te lo dije

Abrió la puerta del lobby y saludo al chico del correo, subió al ascensor marcando su piso, las lagrimas no paraban de bajar por sus mejillas rojas y caer finalmente al suelo del elevador. El sonido de la puerta abriéndose resonó, JungKook se alertó alzando su cabeza para ver quien subía junto a el.

Su cabello grisáceos se meneo al compas de su caminar se apoyo en una des las platinadas paredes y miro a el pelinegro, quien limpiaba con disimulo el liquido que se acumulaba en sus ojos.

—Buena tarde.— La profunda voz de la nueva presencia fue escuchada por JungKook.

El pelinegro carraspeo un poco, dudando en responderle, pues sabía que su hermoso vecino le miraba directamente. Jugueteó con sus manos de manera nerviosa e hizo un pequeña reverencia sin decir alguna palabra, tenía miedo de que algún sollozo se escuchase y quedara en ridículo.

—Uh ¿Eres mudo?— Preguntó cortésmente aun mirándolo. El chico se sonrojo mas y se encogió en su lugar.

—Yo uh n-no...— Sorbio su nariz y apretó sus ojos avergonzado.

—Ya veo, estas llorando. Sabes, a pesar de cualquier problema que tengas debes sonreírle a la vida y afrontar tu problema, los problemas nunca son tan graves. Debes ser feliz.

JungKook tenía la necesidad de responder pero las puertas del elevador se abrieron y su vecino se despidió en un reverencia para poder salir. 

El chico bufó y camino molesto a su puerta.

Esa noche su vecino no tocó el violín y no pudo conciliar el sueño.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2020 ⏰

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