Isabella + Sean = ¿Novios?

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No adentramos a la casa, Isabella tenía la mirada gacha y jugaba nerviosamente con sus dedos, Isabella...

Isabella...

De todas las chicas en el mundo...

¿Por qué ella?

¿Por qué Isabella?

No me malinterpreten, no me estoy quejando, como ya dije antes. Solo que me pongo a pensar que de entre tantas personas, tenía que ser Isabella con la que me topara en el centro comercial y de la cual me enamorara profundamente con solo ver sus hermosos ojos azules.

Llegamos al sofá y nos sentamos, ella miraba a la nada, parecía sumida en sus pensamientos.

NARRA ISABELLA

¿Realmente lo hice?

¿Realmente lo besé?

¡Por Dios!

Estará pensando que soy una loca bipolar, pero también ¿cómo se me ocurre besarlo? ¿en que rayos estaba pensando cuando lo hice?

Nada

No estaba pensando en nada.

Por un momento, todos mis pensamientos se centraron en Sean, en sus suaves labios, los cuales encajaban perfectamente con los míos, llevándome a las nubes con un simple roce, causando chispas en mi interior.

Nos sentamos en el sofá, yo seguí mirando a la nada, profundamente sumida en mis pensamientos, hasta que la hermosa y rasposa voz de Sean me despertó de estos.

- ¿Estás bien?- preguntó posando sus ojos sobre los míos.

- Sí- dije en un susurro.

- ¿Segura? - preguntó dándome una sonrisa y pasando su brazo por mis hombros y acercándome a él. Acurrucándome sobre su pecho, provocando que mis ojos ese cristalizaran y dejaran soltar algunas lágrimas.

No lágrimas de tristeza.

No lágrimas de felicidad.

Lágrimas de confusión, claro, si las puedo llamar así... No tengo ni la menor idea de que si existen o no, solo que es la única explicacióm a mis repentinas lágrimas. Sean se percató de estas y colocó sus manos en ambos lados de mi rostro, de tal modo que acunaba mis mejilla con estas, que se encontraban un poco mojadas por la lágrimas. Limpió las lágrimas con la yema de sus pulgares, provocando un pequeña corriente eléctrica correr por mi cuerpo.

-Sean... - dije con pocas fuerzas, no quiero que me digan llorona ni nada, pero con Sean, hasta la mínima cosa me puede hacer llorar, ni sé por qué, todavía no me lo explico, pero a su lado soy muy sensible ante todo.

Elevé la cabeza en su dirección y, otra vez, me encontraba a escasos centímetros de sus perfectos y rosados labios, los cuales se encontraban un poco húmedos.

Nuevamente me encontraba en esta situación con Sean, ese momento en el que piensas: "¿Lo beso o no lo beso?". Y como era de esperarse, lo besé. Necesitaba sentir sus labios sobre los míos, encajando perfectamente uno con otro, sintiendo como las chispas aparecían y como poco a poco me iban recorriendo por completo. Y lo más importante...

Necesitaba/debía aclarar mis dudas de una vez por todas...

NARRO YO !!! * Serpentinas volando por todos lados*

Sean se sorprendió, y mucho. Ya era la segunda vez, en menos de una hora, que Isabella lo sorprendía de esa forma, juntando sus labios en un dulce, lento, y suave beso.

Tenías que ser tú... © (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora