Capítulo 2

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Cuando termino con su cabello, comenzó a cepillar sus dientes, suspiró cuando finalmente todo había acabado.

Tenía un 50/50 de sentimientos encontrados, pero fin de cuentas muy satisfecho porque le dieran una patada en el culo a la zorra que ocupaba su puesto en las tutorías que daba Aristóteles.

Cuando el timbre del colegio anunció la hora de salida, sus ojos se expandieron de sorpresa.

- ¡Mierda! Que llegaré tarde- refunfuño el castaño antes de guardar sus cosas y salir a toda prisa a la entrada del colegio.

Jadeó cuando sus pulmones buscaron aire, haciendo que corriera con menos velocidad, pues no era muy atlético.

Finalmente llegó a la salida, casi de inmediato pudo localizar a su querido rizado con la cabeza gacha; sus manos tomaban con fuerza las correas de su mochila, mientras que con su pie derecho jugaba con una piedrecita del suelo.

¡Ay están nerdo!

¡Me lo quiero follar!

- ¡Hey, Aristóteles! ¿te hice esperar mucho? - le preguntó apenas llegó hasta su lugar, haciendo que el menor pegará un salto en su lugar antes de subir su mirada sorprendida hasta su rostro.

-Si viniste...- musitó el oaxaqueño en un hilo de voz, por lo que el mayor elevó una ceja con media sonrisa surcada de sus delgados labios.

¿Qué creía que era una broma?

Pues no mi ciela. ¡Las ganas que le tengo no son de broma! - pensó el toluqueño.

- ¡Claro que sí! - respondió bajo la mirada vacilante del más alto- te dije que me esperarás- reiteró acercándose a él para llevar su mano a la coronilla de su cabeza dejarle una ligera caricia. Siente como se sonroja antes de asentir como un niño bueno, así que por ese instante Temo se sintió satisfecho.

Aunque si le preguntarán; él solo quería tomarlo de sus rizos y meter su rostro entre sus piernas.

No obstante, asustarlo ocasionaría que se alejará de él, por lo que lanzó un pequeño suspiro antes de retirar su mano y meterlas en los bolsillos de su chaqueta.

-Vamos, mi auto está por allá.

.....

Al llegar a la casa del más bajo pudo ver su cara de sorpresa por la inmensidad de la casa, sin embargo, trató de disimular.

El castaño solo negó con su cabeza con una pequeña sonrisa; le ofreció asiento, agua y luego no dudo en irse a cambiar su uniforme por algo más cómodo.

Un short corto y un crop top, que no dejaba mucho a la imaginación.

Temo se deleitó cuando sintió que los ojos de Aristóteles trataban de no mirar más allá de sus tobillos, sin embargo, prácticamente le obligó a subir su mirada cuando se inclinó un poco, dejando ver la forma en la cual su ropa interior delineaba la línea de sus nalgas.

-B-bueno- carraspeó el menor- ¿Ya estás listo? - preguntó con el rostro sonrojado, tan incendiado.

-Claro, bebé- canturreó- Estoy al cien por ciento listo y preparado para ti- afirmó el toluqueño, sentándose al lado del rizado sin ocultar su emoción.

Ari asintió nervioso antes de relamer sus labios y volver a mirar a su alrededor con timidez.

-D-disculpa, pero...-musitó con una voz casi inaudible, haciendo que el castaño lo mirara desconcertado antes de asentir para que prosiguiera- ¿Aquí no hay adultos? - cuestionó sintiéndose intimidado.

-Mmm, estaremos solos por unas horas- respondió suavemente, arrimando un poco su cuerpo hacia el contrario; el cual comenzó a temblar levemente al sentir su roce.

-B-bien-contestó el oaxaqueño entrecortado, respirando hondo antes de continuar- Comencemos- le avisó antes de rebuscar en su mochila algunos libros- ¿Qué quieres hacer primero? - preguntó en voz baja.

Por su lado, Cuauhtémoc lo observó con una sonrisa juguetona.

-Todo el kamasutra, si es contigo, bebé- contestó antes de arrancarle su enorme bolso y dejarlo en el suelo, causando que el de ojos chocolate abriera sus ojos en grande y que su respiración se agitara.

De inmediato Temo se sentó en sus piernas.

Él por supuesto se quedó en shock.

¡Lo está procesando!

Antes de que pudiera alejarse, se acomodó con ambas piernas a sus costados; lo tomó de la nuca y sin pensarlo dos veces llevo sus labios hasta los suyos, haciendo que chocarán con deseo.

¡Ay maldita sea, saben exquisitos!

Cuando notó que sus ojos se cerraron con lentitud, comenzó a besarlo con mucha más delicadeza, temiendo que se alejará. Sin embargo, solo pudo obtener un pequeño jadeo de parte de Aris junto a un par de suspiros de por medio.

El mayor sintió como sus puños se apretaron con fuerza, tratando de seguir completamente su beso; por lo que Temo solo pudo sonreír a medias, dejándole saber que para él eso era más que suficiente.

¡Ay, cosita inocente!

No te preocupes bebé, todavía tenemos tiempo de aprender...

¡PORQUE DE ESTA MIERDA, TÚ NO SALES VIRGEN!


Cuídense y besitos en sus frentesitas😘💛

Lindo AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora