Capítulo XLVII (𝑹𝒆𝒂𝒍)

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Flashback

Diez meses antes.

Aquel cuerpo que yacía inmóvil en aquella cama, por un poco más de año y medio, comenzaba a moverse. Ambos brazos estaban posados al lado de su cuerpo, el dedo índice de la mano derecha, comenzaba a moverse débilmente. De un momento a otro, ya era su mano que se movía.

Luego los dedos de su pie, también comenzaban a moverse. Los parpados de sus ojos temblaban con ganas de elevarse, acto que fue logrado, dejando que la luz penetrara aquellos ojos por primera vez, después de poco mas de año y medio.

Pero, la luz parecía tan fuerte ante sus pupilas, que sus parpados volvieron a cerrarse. Sus oídos no percibían más que un pequeño zumbido, ensordecedor.

Ladeo, un poco, su cabeza hacia el lado derecho. Pudo detallar, con sus ojos entrecerrados, un objeto sobre una mesita. Su visión en ese momento no era la mejor, estaba un poco sosegada, sumado a que la luz le parecía tan intensa como ver al sol directamente.

Trató de abrir y cerrar sus ojos débilmente, con el fin de aclarar su vista. Logró detallar un poco más aquel objeto sobre la mesita. Noto que era rectangular y que sobresalía, pero aún no lo veía del todo.

Su memoria estaba en un trance, su conciencia poco a poco se recuperaría, pero en ese entonces estaba en un colapso de detalles. Uno que otros recuerdos destellaron en su mente siendo estos inexplicables para la rubia, de repente recordó a Jennie, quería llamarla, pronunciar su nombre, pero, no pudo.

El sonido de la puerta, llamo su atención, comenzó a escuchar una voz, conocida, pero lejana a sus oídos.

Lis, hoy vine a visitarte, lamento no venir ayer, explicaba mientras colocaba sus cosas y se acercaba a su hermana, pero como veras

A la, ahora rubia, se le fueron las palabras al notar que su hermana tenía el rostro ladeado hacia su dirección. Y sus ojos parpadeaban débilmente.

¡Lis! se terminó de acercar a su hermana. Oh lo siento, grite, tus sentidos no deben estar al cien. Oh por Dios tomo las manos de su hermana entre las suyas y noto como ésta la apretaba débilmente, unas lágrimas comenzaban a salir y pasearse por el rostro de Chae.

Lis murmuró adsorbiendo por la nariz te he extrañado tanto.

Lisa, quería hablar, preguntarle a su hermana que había sucedido. Por qué estaba allí postrada, cuanto tiempo llevaba allí. En dónde estaba Jennie, por qué no estaba allí. Había muchas preguntas, y no podía hacer ninguna, su boca la traicionaba. Estaba empezando a entrar en pánico por todo aquello, se sentía apresada dentro de su cuerpo.

Oh, Lis, no intentes hablar, espera el doctor dijo que esto podía suceder. Pero, pronto lo harás, no te alarmes por favor explicaba apurada y con cierto temblor en su voz.

Soltó las manos de su hermana y fue hasta la puerta y la abrió.

¡Doctor! ¡un doctor! comenzó a llamar.

A los segundos el cuarto se llenó, de doctores y un par de enfermeras. El doctor a cargo, comenzó a examinar a Lisa, haciéndole un chequeo rápido para constatar que todo estuviera bien.

El doctor, terminó de chequear, le dio unas indicaciones a la enfermera y salió dirigiéndose a los familiares de Lisa.

Bien, la paciente luce estable. Obviamente no está en el mejor estado, pero eso es lo de menos, ya será cuestión de tiempo. De momento sus signos vitales son los mejores.

𝑬𝒔𝒄𝒂𝒑𝒆 → 𝑱𝒆𝒏𝒍𝒊𝒔𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora