5. Julius

3K 206 3
                                    

—Marx, ¿sabes dónde puedo encontrar al Rey Mago? —. Veo al asistente de Julius sentado frente a su escritorio leyendo una pila de papeles frente a él, al escuchar mi voz, desvía su mirada hacia mí y sus ojos se enternecen.

— ¿Lo ha buscado en su oficina?, acabo de estar allí hace no menos de 10 minutos y parecía que está vez estaba trabajando de verdad.

—Mmm... —suspiro— tal vez se escapó de nuevo, vengo directamente desde allá, a veces me siento mal de no poder seguirle el paso.— Acaricio mi barriga hinchada y sonrió, porque de alguna manera nunca podré hacerlo, es un alma libre y es una maravillosa persona.

Marx no parece nada contento con lo que acabo de decirle; sé lo mucho que se preocupa porque Julius realice su trabajo adecuadamente.

Todavía no entiendo por qué aún no está acostumbrado a que haga esto.

—Tranquilo Marx, iré a buscarlo y lo traeré de regreso. — sonrió para mantenerlo relajado, a veces creo que todo lo que le hace pasar Julius va a causarle un ataque al corazón.

—No creo que sea necesario, puedo llamarlo, últimamente no está cortando nuestra comunicación, supongo que a pesar de sus escapadas ocasionales todavía está preocupado de que el bebé llegue antes de lo planeado. — Vuelvo a acariciar mi barriga y Marx sigue mis movimientos con su mirada. — ¿Se encuentra bien?, ¿Ha estado sintiendo contracciones?, ¿Necesita que llame a Owen? —. Su preocupación me enternece, últimamente todo el mundo me ha estado tratando como si fuera algo frágil, algo que puede romperse en cualquier momento y contrario a lo que muchas mujeres les disgusta, a mí me agrada, sobre todo porque Julius no puede estar lejos de mí por mucho tiempo.

—Tranquilo, todavía falta un mes para que el bebé esté con nosotros, así que puedes permanecer relajado, en realidad solo venia... bueno... Solo quería... —. ¿No puedo decirle que vine a quitarle el tiempo a Julius, verdad?; necesito una buena excusa, pero ahora mismo, no se me ocurre nada.

— ¡Audrey!, ¿estás bien?; Nozel me dijo que te vio caminando por el castillo, ¿te sientes mal?, ¿es el bebé? —. Bueno... no necesito dar una excusa, Marx va a matar a Julius y yo no quiero estar aquí para verlo.

— ¡Rey Mago!, la verdadera cuestión aquí es... ¡¿Dónde diablos se había metido?! — El peli-azul cierra los ojos y suelta un suspiro exasperado— pobre­— de verdad pienso que va a enfermar muy pronto. — Dígame que por lo menos termino el primer tanto de papeles que tenía en el escritorio, esos eran de prioridad. — Conozco a mi esposo y estoy segura que en cuanto Marx salió por la puerta de su oficina, él lo hizo por la ventana.

Pobre asistente.

Julius parece avergonzado, pero es solo por un momento, porque en cuanto su mirada regresa a mí, sus ojos se iluminan y camina rápidamente hacia donde estoy parada, se pone de rodillas y besa mi gran estómago.

— El bebé está inquieto, ¿verdad? — ambos lo sentimos patear por debajo de mi ropa; jamás me cansaré de ver el amor que un padre le puede tener a un hijo. El nuestro estará rodeado de eso... de amor.

Aún no puedo creer que sea lo suficientemente buena para merecer la familia que ahora tengo.

Estiro mi brazo hacia Marx, esperando que entienda que quiero que se acerque.

— ¿Quieres sentir al bebé?, es un poco molesto que cuando lo llamamos no lo haga, así que debe ser ahora que está dispuesto a mostrar algo de atención a sus padres —. Él asiente animado y camina rápido hacia donde ahora estamos mi esposo y yo. Julius se levanta y se hace a un lado, tomo la mano que Marx me extiende y la coloco donde el bebé ha estado haciendo presión. Lo siente, lo sé porque intentó quitar su mano y yo lo tome con más fuerza. — Es extraordinario, ¿no es así?, yo todavía no me termino de creer que una vida esté creciendo dentro de mí, es algo... mágico.

—Yo... gracias por dejarme sentir esto, de verdad, estoy muy agradecido, Rey Mago, felicidades, voy a salir a terminar un poco del trabajo que dejó acumulado y usted puede permanecer aquí un rato más, ¿de acuerdo? — Marx ni siquiera espera la respuesta de alguno de nosotros, sale de su propia oficina dejándonos solos.

Aún no pasa ni medio minuto y Julius ya me está cargado en dirección hacia el pequeño sillón que hay en la oficina de su asistente, me sienta sobre sus piernas, justo como carga a la pequeña Charmy cuando está cerca.

—Creo que has estado de pie el tiempo suficiente. — me mira.

— ¿Cómo lo sabes? — aún me sorprende que me conozca mejor de lo que me conozco yo misma.

—Porque el bebé está inquieto, te estaba delatando. — rio, creo que mi hijo no será mi compañero del crimen en algún momento cercano. — Te he dicho que no te agotes, me preocupas de verdad.

—Julius, no puedo estar en casa todo el día, me aburro, tú tampoco puedes estar en tu oficina mucho tiempo, así que no puedes juzgarme. — levanto una ceja en dirección hacia él, retándolo a que diga algo para refutar ese hecho. No lo hace.

Chico listo.

Al final suspira, sabe que siempre me salgo con la mía.

— Creo que tienes razón, voy a tomarme vacaciones. — lo miro sorprendida.

— ¿Puedes hacer eso? — le pregunto.

—Claro, soy el jefe. — de pronto estalló es una risa histérica que hace que algunas lágrimas se deslicen de mis ojos, me ajusto de nuestra posición lo más que puedo y lo abrazo lo más que cerca que consigo con el bebé entre nosotros; él también me estrecha entre sus brazos y coloca su barbilla sobre mi cabeza, no es la posición más cómoda, pero me hacían falta sus mimos por el día de hoy. — Te amo, gracias por hacerme el hombre más feliz de la vida.

—Gracias por darme la familia que siempre quise. Te amo más.

Permanecemos de esa manera hasta que Marx regresa a su oficina y lo obliga a continuar con su trabajo después de que anunciará que tomará vacaciones, sinceramente hay cosas que nunca cambian y espero que permanezcan así por muchos años más.



Esperen parte 2 próximamente.

Muchas Gracias por leer ♥️✨

Besitos XO.

Black Clover | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora