Las horas pasan, mi cabeza se agranda y se achica, se agranda y se achica,
Mis párpados se cansan de tanto saltar en el día pero en la noche saltan más,
Y después de todo tan solo quiero que mis ojos descansen y se preparen para una dulce mañana,
Pero no, solo consigo disfrutar la noche ya que en la tarde mi humilde castillo se transforma en una especie de prisión de la cual no veo escapatorias.
Se siente cómodo por un corto tiempo disfrutar de paz y no sentirme estresado ni presionado,
Pero pasan las horas mi mente se apaga y luego vuelvo a mismo inicio,
A veces no quiero despertar, aunque por más que lo intente tampoco puedo dormir,
Ni siquiera una siesta me libra de recordar el sentido de mi vida al cual estoy atado soñando despierto con el no vivir.
