Perdida

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No sabía qué hacer. 

Había logrado ponerse la capa. Cuando se fueron, esperó media hora más. No podía moverse. Estaba petrificada. Aún era de día.

Sirius tenía novia.

Snape era un mortífago.

Sophie era un manojo de nervios. Temblaba. No se dio cuenta que estaba llorando hasta que una lágrima cayó en la palma de su mano.

No sabía qué hacer.

Decidió quedarse ahí. No quería ir a clases. Tenía Defensa contra las artes oscuras. Ahí compartía sitio con Sirius. Después tenía Pociones. No quería lidiar con Snape. Se quedó con la capa de invisibilidad puesta. Tenía miedo. ¿Si regresaban y la descubrían? ¿Si se enteraban que ella los había escuchado? ¿Si Snape se enteraba, la mataría?


Nadie había visto a Sophie desde el incidente de la mañana. Remus estaba preocupado. Había escuchado la discusión entre Sophie y Sirius. No vio a Sophie en sus clases y tampoco en el almuerzo.  Lily tampoco la había visto.

- James, ¿sabes dónde está Sophie? - ya era de noche y seguía sin aparecer.

- No. Pensé que nos estaba ignorando por lo de hoy. Lunático, creo que en verdad lo arruinamos. 

- Cornamenta, este no es el momento. Sophie no está. Creo que algo le ha pasado. 

Empezaron a buscarla por todas partes pero no la encontraban. No estaba en la biblioteca. No estaba en su cuarto. No estaba en la torre de Astronomía. No estaba en las cocinas. Decidieron escabullirse y buscarla en el Bosque Prohibido. 

Ahora estaba lloviendo. Se separaron para encontrarla más rápido. No pudieron. Estuvieron buscándola por horas. Nada. No sabían qué hacer. Empezaron a pensar que simplemente había decidido evitarlos a toda costa. Iban a esperar hasta el día siguiente, si no la encontraban le dirían a Dumbledore.

Sophie seguía con la capa de invisibilidad puesta. Había estado en shock desde la mañana. Estaba cansada. Había conjurado un Impervius por si empezaba a llover. Decidió dormir. 

Severus  también estaba perdido. Intentó hacer que todo su día vaya normal. Como si no hubiera pasado nada. Como si prácticamente no haya vendido su alma al diablo. Había vendido su alma al diablo. Recorría el Bosque Prohibido sin rumbo. Con la esperanza de perderse y no ser encontrado. Mientras caminaba chocó con algo. Mira. No había nada. Volvió a mirar. Misteriosamente ese era el único lugar que no estaba mojado. Se agacha. Ve que el bulto invisible se movía: inhalaba y exhalaba. Saca lo que parecía una carpa. Era Matthews. Estaba tiritando. Su cuerpo estaba congelado.


Sophie despertó con un dolor inmenso de cabeza. Su cuerpo ardía. Vio a su alrededor. Estaba en un cuarto desconocido, rodeada de sábanas. Había una chimenea al costado dándole calor. Ve a alguien sentado en un sofá. Estaba durmiendo. No sabía qué hacer.

Estaba en un cuarto con un mortífago. Estaba en un cuarto con Severus Snape.

No juegues conmigo (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora