Pobre Hogwarts

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El vagón vibró levemente. El sonido de la puerta llamó la atención de sus amigos. Sophie estaba con la cara roja. Temblaba con los puños cerrados.

- ¿Qué pasó?

Ni ella sabía. Recordaba una mancha negra grasienta. "Quejicus",  con dientes apretados.

- ¿Qué hizo?

No quería contestar. Remus era muy correcto, muy amable, muy bueno.  Ella, no tanto. "Nada". Evita el conflicto. Decide sentarse al costado de un Sirius dormido: tenía una pequeña línea de baba en su cara y un chupetón en su cuello. En comparación con él, ella hasta podía ser Dios.  

-Entonces cuál es el problema con él, ¿te hizo algo?

Remus siempre ha sido insistente. Pero James lo era más. Al escuchar el pequeño interrogatorio le dio curiosidad. Un James curioso es peligroso. Era mejor responder de una vez. 

- Me dijo que no debería estar en Hogwarts.

- Pero eso no es nada comparado a cómo nos fastidiamos.

- Después me dijo que solo me mandaron aquí porque igual no tengo un lugar a dónde ir. Que el cementerio no contaba.

Nadie habló por 3 segundos. "Le tiré una cachetada"

- No es suficiente

"Por eso después le tiré un puñetazo". Silencio. "Y una  patada". Silencio. "En la entrepierna". Remus y James sonrieron.

El vagón se sumió en un silencio pasmado y tranquilo. Sirius empezó a roncar. Sophie estaba impresionada por su capacidad de dormir profundamente. Él es encantador y simpático, un enigma andante. Es la caja de Pandora: sabes que no puedes abrirla, pero a final de cuentas lo haces. Es inevitable. Sus 10 chicas del mes te lo pueden confirmar. Pobres chicas.

Acariciaba sus rulos. Las manos de Sophie no eran delicadas: tenían moretones, cicatrices y una que otra costra. Pero a ella no le importaba. Ser cazadora en Gryffindor lo valía.

James seguía sonriendo. Sophie siempre tardaba en defenderse, para eso estaba él.  Qué tierno saber que ahora ella puede golpear a alguien. Cómo crecen. Él era su hermano mayor. También era un mujeriego a sus 16 años. Pero era su hermano mayor.

Remus odiaba la violencia. Pero él también sonreía. Un golpe a alguien que se lo merece está bien de vez en cuando. Igual le iba a comprar a Sophie un par de chocolates. Siempre la alegraban.  Peter estaba en el vagón del costado intentando conquistar a una chica. Se escucha una cachetada. Bueno, al menos lo intentó.

Ellos estudiaban en Hogwarts y se hacían llamar los Merodeadores. Menudo grupo.
Pobre Hogwarts.


No juegues conmigo (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora