No juegues conmigo (Severus Snape)

Soy tu única amiga

Sophie nunca fue delgada. 

Tampoco encontraba un necesidad de serlo. Desde los 11 años decidió ser parte de un grupo de amigos que no les importaba el tema. Con ellos era solo Sophie. Una Sophie feliz.

La pubertad es peligrosa. Todas sus compañeras de cuarto empezaron a ser más esbeltas. Cinturas delgadas. Rostros finos. Sophie seguía escapándose en la madrugada con los Merodeadores a la cocina. Para final de cuarto año, Sophie tenía 5kg de sobrepeso.

Un día Sophie se hartó. Empezó a dejar de desayunar y a solo comer las porciones a la mitad. Cuando bajó los primeros 5kg, sus compañeras de cuarto la felicitaban. Ahora iba a ser más saludable. Cuando bajó 10kg, los Merodeadores lo notaron. Cuando bajó 15kg, era un modelo a seguir. Una inspiración. Porque cuando tienes sobrepeso y bajas de peso eres una historia de superación. En quinto año, Sophie tenía anorexia. Para los demás, Sophie ahora comía mejor y se veía mejor, era mejor.

Estaba en la sala común.  Era tarde: no podía dormir. No había ninguna razón en especial. Pensaba en cualquier cosa que se le pasaba por la mente. 

 Extrañaba tener 11. Hacer travesuras, lanzar bombas de agua  o un pequeño hechizo inocente. Reían mucho y no había nada más de qué preocuparse. Solo tenían que aprobar sus clases y sonreír.  

Habían rumores de una guerra.

No habían hablado mucho al respecto. Pero iban a estar juntos. Los Merodeadores siempre habían estado juntos. Eran familia.

- ¿Qué haces despierta a esta hora?.- Sirius estaba con los ojos entrecerrados y todo su pelo despeinado.

- Pensando en el futuro, creo

-¿Te has drogado?

Sophie sonrió. Se deslizó para hacerle un espacio en el sofá. Cuando Sirius se sentó, ella puso su cabeza en su hombro. 

- No quiero pelear contra mi familia.  Sé que me botaron. Sé que los odio. Sé que me odian. Pero no quiero pelear contra ellos.

- Son solo rumores, tal vez todo se solucione antes de que haya una guerra. Todo va a estar bien. Voy a estar contigo pase lo que pase.

Sirius sonrió y le dio un beso en la cabeza.

- Eres mi mejor amiga.

- Sirius, soy tu única amiga.

Sophie estaba empezando a quedarse dormida. Sirius también.

- Te amo