•Cʀᴏᴡɴ• [TXT]

cαթíԵմlօ 4👑

{Voy a echar mucho de menos ver Iland  cada semana, ya solo queda la final y no tengo ganas de que acabé ¿ahora que voy a ver los viernes?😢💔}

{No sé si lo sabréis, pero el lunes yo comienzo las clases presenciales, así que no podré estar actualizando tan seguido como estos meses. Pero intentaré actualizar por lo menos una vez por semana, para que veáis que os quiero🥺👊}

"ᴜɴᴀ ᴘʀᴜᴇʙᴀ ʙᴀsᴛᴀɴᴛᴇ ᴘᴇᴄᴜʟɪᴀʀ ᴘᴀʀᴀ ᴄɪɴᴄᴏ ᴄʜɪᴄᴏs ᴄᴏᴍᴏ ᴇʟʟᴏs"

Todos ellos se volvieron a reencontrar en el gran salón, el cuál contaba con una larga mesa para cientos de comensales.

Hueningkai todavía estaba perdido en sus pensamientos intentado encontrar alguna razón lógica por la cuál ese par estaban cogidos de la mano.

Pero nada le pareció lógico.

– ¿Para que nos ha echo bajar?– le preguntó Yeonjun de brazos cruzados

La institutriz estaba sentada en uno de los laterales de la mesa, observando a los cinco chicos que acababan de entrar.

– ¿No íbamos a comer ya?– le preguntó también Taehyun

La mujer se puso en pié derrepente, haciendo que los cinco príncipes intuitivamente retrocedieran un par de pasos.

– ¿Acaso vosotros veis algún plato servido sobre la mesa?– les preguntó con seriedad

Los chicos negaron, sin saber muy bien a que se refería la institutriz.

– Un buen rey, no consigue un plato sobre su mesa sin hacer nada– continuó ella– Un soberano digno debe de merecerselo, así que eso es lo que haréis vosotros

Ninguno comprendió a que se refería la mujer. Podían ser principes pero no los más listos.

– ¿Y eso que quiere decir?– le preguntó Beomgyu con cierto temor

– A lo que me refiero es que el servicio no os va a hacer la comida, la vais a cocinar vosotros mismos– les explicó lentamente

Fue entonces que Soobin se fijo en el final del comedor, junto a la puerta de la cocina, se encontraban todos los chicos del servicio y los cocineros perfectamente colocados en una línea, seguramente esperando las órdenes de la institutriz.

Soobin pudo distinguir a Jisung entré los sirvientes, ya que el chico era inconfundible, aquella mejillas apachurables y ése pelo azul le hacían distinguir del resto.

– Si me acompañan les llevaré a la cocina, allí ya tienen todo listo para preparar su comida de hoy– les comentó la mujer mientras caminaban hacía allí.