⛤Jojo's bizarre adventure headcanons⛤

⭐Jotaro Kujo⭐

Empezare con un fluff, sfw. 1200 palabras aprox.

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Imagina que despues de la pelea con steely Dan Jotaro termina muy herido, tanto fisica como emocionalmente, y tú como "enfermera" designada de los sdc tienes que cuidarlo.

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Ver como el adolescente le sacaba la mierda a Steely Dan había sido bastante satisfactorio a tu parecer, aunque se te podría considerar una persona amable y preocupada (esa era una de las razones por la que te habían dejado como enfermera designada del grupo) disfrutaste mucho viendo como los huesos de aquel hombre eran rotos por los golpes de star platinum.

Cuando todo terminó, Jotaro pasó por tu lado con la mirada baja, y camino enfrente tuyo sin siquiera avisarte, frunciste el ceño por lo grosero que era pero al mismo tiempo lo entendiste, Jotaro era un japonés tradicional y todas las cosas que tuvo que hacer durante el día habían golpeado muy fuerte su orgullo, sabias que eso le dolía al pelinegro, le dolía incluso más que los golpes de los hombres que lo hecharon a patadas de la joyería.

Siguieron su camino en silencio hasta llegar donde se encontraba el resto del grupo que felices por haber salvado al señor Joestar comentaban su victoria, sin embargo aún con lo ruidosos que eran Kakyoin y Polnareff no pudiste evitar notar como Jotaro caminaba con la cabeza baja y la gorra ligeramente gacha, tapando su rostro con vergüenza.

El pelinegro era alguien casi imposible de leer para la mayoría, pero tu con el tiempo que habían pasado juntos comenzaste a notar patrones en su comportamiento que terminaron ayudándote a finalmente leer al joven como la palma de tu mano.

Suspiraste mientras mirabas el cielo, que poco a poco iba oscureciendo, cuando llegaran a algun hotel hablarías con el sobre esto, pero hasta el momento sólo guardarías silencio y fingirias que nada pasó.

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Ya había finalizado el dia y estabas bastante extrañada de que el pelinegro no se haya contactado contigo para que lo ayudaras con sus heridas, gruñiste por lo bajo mientras enterrabas tu cara en la almohada, el cabroncito quiere que yo haga todo, pensaste mientras te levantabas de tu cama para salir apresurada a la puerta de en frente que era la que correspondía a la habitación de Kakyoin y Jotaro.

Tocaste bajito la puerta viendo tu reloj de muñeca, eran las nueve de la noche, aunque conociendo al pelirrojo seguramente estaría jugando videojuegos con el más alto, esperaste unos minutos y como no obtuviste respuesta volviste a golpear, esta vez más fuerte mientras llamabas al nombre de Jotaro.

La puerta fue abierta por el susodicho, que ya vestido con su pijama y sin gorro te miraba espectante con una ceja alzada.

—¿que quieres a esta hora, mujer?—dijo con fingida molestia, sabias que estaba actuando porque sus ojos estaban bien abiertos viéndote, cuando algo molesta a Jotaro este arruga la naris y junta sus ojos casi cerrandonlos, mierda, conocías muy bien a este hombre.