Cap 1

4.7K 285 59
                                    

HOLAAA

Esto es una advertencia. En lo personal, me gusta esta historia, pero es una de las primeras que hice, entonces me da penita porque aún no sabía mucho de este mundillo. So, da cringe, y muchas cosas no tienen sentido o capaz me olvidé y eso AAaaaaa está bajo su propia responsabilidad leer o no. Graciasss



Narrador Gustabo -

Hoy fue un día de mierda, estoy echo mierda realmente, no pude descansar ni un puto momento, los atracos no paraban, uno tras otro, además, la mayoría eran unos gilipollas que ni sabían sus nombres.

Ahora me encuentro en los vestuarios, suspirando cansado mientras me cambio por una ropa cómoda, siento un aroma a arándanos, reconocía ese olor a leguas, es  Horacio el cual entra lentamente al vestuario, cree que no lo escuché, pero le hago caso omiso, me quiere asustar, supongo.

Sigo cambiándome, siento a Horacio cada vez más cerca, cree que es un puma pero realmente es un perrito que no mide sus movimientos, al menos no ahora.

- BOO!! - Me hago el sorprendido al escuchar su grito, fruncí el entrecejo y lo miro "enojado", para luego dar una carcajada cuando su mirada es victoria.

-- Jajaja... En serio creíste que me asustaría? Te pude oler desde que entraste a comisaría. -- Sigo riéndome mientras su expresión cambia a una de confusión, realmente se convenció en que me asusté de su 'intento de susto'.

-- Bueno, bueno, ya ya, fue un intento fallido, no es para tanto. -- Dice mientras aparta la mirada, yo me río de lado y me pongo la última prenda que me quedaba, viendo de reojo a Horacio, estaba desconcertado por mi reacción. -'¿Me quiere hacer sentir apenado?'- pienso por un momento y niego con la cabeza, Horacio es mi punto débil, y aunque sea una cosa insignificante, me molestaba verlo triste o enojado, peor aún si era causado por otra persona. Él, un alfa, siendo infantil, es muy peculiar, pero es parte de su ser, y lo conozco muy bien. Yo, un omega dominante, y mi personalidad de mierda, es raro, pero nada lo cambia.

-- Y.. ¿Qué harás hoy, Horacio? -- Pregunto, y cierro mi casillero, dando unos pasitos hacia atrás y mirar a Horacio terminar de cambiarse.

-- Umm.. no sé, seguro me la casco pensando en el comisario Bombón -- Ríe al terminar la frase. No sé, pero me siento asqueado al escuchar eso, no celoso, no se confundan. Eso sí, Horacio y yo tuvimos unos momentos íntimos por culpa de mi ciclo de celo y del suyo, a los dos no nos gusta ir por allí y tener un polvo, no sabes qué te pueden pegar con un descuido.

-- Ugh, bueno, creo que era mejor no saberlo. -- Suelta una risilla para luego dirigirme una mirada coqueta, qué pillín...

-- ¿Celoso Gus? -- Se acerca un poco hacia mi, el puto empieza a soltar sus feromonas para provocarme, yo retrocedo, alejándome de su rango.

-- Ya quisieras -- Digo incrédulo, sabía lo que quería, pero de seguro me deja con las ganas una vez que obtiene lo que quiere, esta vez no se lo permitiría.

-- ¿Seguro? -- sigue acercándose, me acorrala en una esquina del vestidor, rozando nuestras narices, su cuerpo estaba a medio camino, lo agarro de la cintura para atraerlo a mi, lamiendo mi labio mientras lo miro. Es fácil provocarlo, pero me cuesta un poco por el olor intenso a arándano que él soltaba. Ya me había acostumbrado, pero hoy estaba más sensible que otros días.
Me acuerdo de algo, mi ciclo de celo es en algunos días, y tener a Horacio en este estado hizo que se adelantara, - joder...- digo para mis adentros.

Estamos muy cerca, los labios de Horacio rozaban los míos, hasta que ya no aguanto y lo beso, iniciando una guerra con nuestras lenguas, agradezco de que no haya nadie en comisaría, o eso pensaba.

El beso continúa, muerdo de vez en cuando su labio inferior, me agarra de la cintura acercándome más a él. Por el rabillo del ojo veo la puerta del vestuario abrirse y me apresuro alejar a Horacio de mi de un golpe, frotando mi cara con la mano para calmar las aguas.
Horacio entra en pánico y se queda inmóvil al ver al Super Intendente entrar a la sala, encontrándonos a los dos parados inmóviles.

Arquea una ceja y nos mira fulminante a través de los anteojos de sol, de brazos cruzados ensancha sus hombros y procede a hablar.

-- ¿Qué? ¿Se la estaban jalando y los interrumpí? -- Trago saliva y miro a Horacio, con la cara pálida, me contengo para no reír, aunque se me escapa alguna que otra risilla.

-- ¿Qué es tan gracioso Gustabín? -- Paré de reírme y me dirigí a él con una mirada pícara en mi rostro. Fua, este hombre es lo más sexy que eh visto en mi vida, como quiero que me embista fuerte contra una pared, agarrándome con esas grandes manos y esos largos dedos...Ejem... aclaro mi garganta antes de dirigirle la palabra, mi mente está delirando por culpa de Horacio.

-- No, no, nada Súper, estábamos saliendo de cambiarnos todo y vino usted. -- Notaba que no me creía una mierda, pero, me daba igual, solo quería salir de allí e ir a casa.

-- Bueno, si nos disculpa, tenemos que irnos. -- Y así fué, nos retiramos cabizbajo del vestuario, salimos de servicio.
Nos fuimos en el mini de Horacio, era horrible ese coche, aunque no me quejo, tenemos auto y eso es bueno.

(...)

Llegamos a casa, un departamento el cual compartíamos Horacio y yo, nada tan lujoso, como dijo el Súper-indigente hay que pasar desapercibidos y no llamar la atención, Horacio no estaba tan de acuerdo, sus gustos son muy diferentes a los míos, con mis encantos le convencí de comprar este departamento.
Luego del acalorado momento que tuvimos en comisaría, decidimos posponerlo e ir cada uno a su respectiva habitación.

Just Another Omegaverse HistoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora