Capítulo 5

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Le costaba trabajo respirar, su mano temblaba con el celular en mano. El muñeco no se movía pero si parpadeaba y su expresión de estar asustado confirmaba que estaba vivo. O quizás la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada. Cerró sus ojos pegándose a la pared, no duró mucho cuando sintió una mano en su mejilla.

— Suave... —un murmullo.

— D-déjame —intentó apartarlo, lo empujó y cayó a causa de su brazo había resbalado. Se veía tan frágil que sintió culpa— L-lo siento —intentó ayudarlo, pero al tocarlo le asustaba— N-no sé que haces aquí, por favor... vete.

— Pero tú me regalaste esto —mostró el brazalete— Y esto —señaló la camiseta.

— La camiseta es mía, sólo te la presté para que no estuvieras sucio.

— Mía —negó.

— Sal de mi casa, eres un sicópata. Fingías muy bien, ahora sal de mi casa. No quiero llamar a la policía. —se levantó sacudiendo su ropa.

El muñeco miró sus piernas sin movilidad y les dio un golpe. Volvió su vista al pelinegro que estaba enfrente y mirándolo desde arriba. Por la inercia se estiró a tomar el borde de sus pantalones para bajarlos.

— No Jeonghan —se apartó rápido sonrojándose inmediatamente.

— Pero para eso me hicieron —respondió tranquilo.

— Pero no lo hagas.

— Pero tú estabas así, yo pensé que querías.

— N-no —suspiró pesado— Espera... ¿Tú pensaste que por tú estar así y yo así debías... eso? —asintió.

— Estoy a tu servicio.

— Pero no quiero que hagas eso, solo no ¿bueno? Deberías irte.

— Me quiero quedar.

— No, porque me mentiste. Eres un sicópata, quizás qué fue lo que hiciste cuando yo no estaba en casa.

— Esperar a que volvieras —confesó— No podía moverme.

— ¿Qué haré contigo?

— No me botes —su expresión claramente le pedía a gritos que lo dejara.

— Pero —relamió sus labios— Levantate.

El rubio asintió, apoyó sus manos en el suelo, luego sus rodillas. En un torpe intento por levantarse volvió a resbalar cayendo al suelo. Era penoso verlo, al final terminó siendo ayudado por el pelinegro.

— ¿Puedes caminar?

— Nunca lo he hecho.

— Pero ¿Cómo sabes hablar?

— Porque te he escuchado por mucho tiempo —miró sus labios y se acercó con la intención de besarlo, pero nuevamente fue negado.

— No hagas eso ¿si?

— Pero estábamos cerca, pensé que sí.

— Creo que iré a dormir —sujetó al muñeco haciéndolo caminar torpemente hasta el sofá— Te traeré unas mantas.

— Pero no quiero dormir aquí, quiero contigo. Me asusta la oscuridad —suplicó aferrándose a su brazo— No hay luz de afuera.

— Mi cama no es grande, y aún no tenemos confianza.

— Yo confío en ti —se aferró ocultando su rostro en el brazo de su dueño.

— Pero no hagas nada raro —asintió.

¿Juguete sexual? | Wonhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora