Días difíciles

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-Ruby, tenemos que hablar....

-Se lo que dirás, estas decepcionada de mi

-Más que decepcionada, estoy realmente sorprendida, haz estado desmantelando carteles y pandillas. Por dos años. Honestamente no esperaba algo así en ti

-Si, yo se que te la pasas trabajando arduamente y quiero ayudar...- No me dejo terminar de hablar -Si, pero no eres policía, eres una niña de 14 años, tienes que dejar de actuar como un adulto, ¿porqué no eres como los niños de tu edad?

-¡Tu no entiendes nada!- Solo grité

-Ruby, se que mamá y yo no hemos estado cerca de ti, pero eso fue por que tratamos de conseguir dinero para seguir adelante y para que tu siguieras estudiando

-Yo sé...- Le dije ignorando aquellos ojos penetrantes

-Como sea... Odio decir esto pero... ¡Demonio negro! Yo, la jefa de policía Roselle te pongo bajó arresto por alterar el orden y otros cargos

-¡Oh por favor hermana! No me lo dices en serio

-Yo solo estoy cumpliendo con mi deber, te enfrentarás en un juicio

-Si pero aún así no pueden arrestarme, al menos aún no, soy menor de edad ¿Recuerdas?

-Si Ruby, pero eso no quiere decir que no te irás sin una sanción

-Bueno, eso es justo

-Luego de que te recuperes estarás en un juicio público para que la gente vea que te logramos atrapar

-Si pero nadie puede saber que yo soy una menor de edad,tal vez seré una "criminal", pero a la gente no le hará gracia ver qué soy una simple niñita en un juicio

-Ruby, eso no depende de mí y lo sabes muy bien

Suspire -si lo sé

-Me voy a trabajar, descansa

Cuando Roselle se fue me quedé pensando en todas las dificultades que hemos estado pasando mi madre, mi hermana y yo, no sé si mamá me perdone por meterme en un trabajo donde mi vida siempre peligra.

Pasaron las horas y solo podía dormir para que el tiempo pasará más rápido, pero se volvió a escuchar esa puerta crujir de nuevo.

-Pris- Nombre a la doctora -¿Cómo te sientes?- Cuestionó mirando unos cuantos papeles que tenía a la mano -Ya mejor, casi no me duele la herida- Mencione un poco somnolienta -Eso me da gusto, quiere decir que este mismo día puedes irte de este lugar y no volver nunca- Dijo volteandome a ver de una manera amenazante -Eres mala, ¿sabías?- Dije muy despreocupada -Lo soy cuando no haces caso y haces lo que se te da la gana- Me miró seriamente lo que me hizo voltear a otro lado -De todos modos ya no podré continuar, me van a enjuiciar- Escuché como a Priscila se le cayeron las hojas y observé una mueca que me hizo asustar un poco, pero luego me di cuenta que esa mueca era de asombró -¡Ruby no me jodas! ¿ves?, por tus tonterías te pueden meter a prisión, bueno, al menos no ahora, tienen que esperar a que tengas 18 para que te puedan enjuiciar como se debe

Justo en ese momento algo paso por mi mente, sabia que no era el momento ni el lugar, pero era algo que quería saber de una vez por todas.

-Pris, hay algo que quiero que me confieses

-Honestamente ahora mismo no estas en condiciones de pedirme favores pero... haré una excepción

-Dime la verdad, ¿Qué es esta marca que tengo en el brazo?

-Ruby, ya hablamos de esto, no puedo decirte absolutamente nada, las únicas que pueden contarte del tema son Roselle y tu madre

-Ellas jamás me contarán

Almas CondenadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora