Un fanboy logra transmigrar de una manera no canónicamente.

La verdad es igual de lamentable que la mentira

Capítulo uno

Eran las dos de la mañana, Wei Wuxian observó bien el reloj que parecía una broma de mal gusto.

Tomo el artefacto y sus ojos casi destrozan el objeto con mucha fuerza, eran las dos de la mañana y Wei Wuxian pensó que tal vez debió de haberse negado en fregar los platos cuando obtuvo la oportunidad.

Eran las dos de la mañana y lo único que había en su estómago era medio bollo de carne de cerdo gracias a que tuvo la fabulosa idea de comer afuera, en las escaleras traseras del restaurante.

Un Chihuahua fue dejado atado en el área de aparcamiento por parte de una clienta. Sin justificación y en su desespero, su medio bollo salió en su defensa y apaciguó lo que sea que ese Chihuahua quería hacerle cuando corrió directo hacia el, Wei Wuxian verifica una vez más el reloj y ahora el dos viene acompañado con un cero y un uno.

Eran las dos de la mañana con un minuto, tragó y sintió que se desaparecía de la faz de la tierra cuando solo quería hacer retroceder el tiempo o que el reloj tuviera un fallo generoso. Pero era la madrugada y apenas llegaba a su departamento, el cual lo hacía tener que despertar tan temprano sin dejarle tiempo para tomar el desayuno, casi no podía hacer nada que no luchará contra él y de inmediato perdiera.

Este departamento pareció tan odioso ahora que el reloj marcaba las dos con dos minutos y Wei Wuxian pensó que había sido mala idea dar el depósito antes de verificar la dirección. Pues con lo tan poco que tenía en el bolsillo en aquel entonces, ese departamento de cuatro por cuatro, se convirtió en una de las mejores conquistas que tuvo durante toda su vida.

Eso y que el remendatario le daba la cena gratis.

También sufrió la pérdida de su laptop apenas y se mudó, pero uno de sus amigos le recomendó esa tienda de segunda mano y él no pudo agradecerle lo suficiente, en cuanto obtuvo su nuevo computador todo el mundo brillo y la clientela parecía tener un buen ánimo y ya no tenía quejas con su jefe, y todo el mundo era generoso.

Pero de repente su computador se dañó, el Chihuahua fue dejado a su suerte y eran las dos con tres minutos.

Wei Wuxian se quedó mirando un punto muerto, el estómago le gruñía, tenía los ojos pelados, y su siguiente turno comenzaría dentro de cuatro horas. No había comido nada durante todo el día. Wei Wuxian de repente tomó el reloj que ya apretaba en su puño y le dió una segunda oportunidad.

Miró la fecha fijada, de repente el Chihuahua era un lindo gatito, su bollo era una bola de estambre y solo faltaban cuatro horas para llamar a su trabajo y decir que se encontraba indispuesto.

Un día de descanso con paga. Y fue la mejor idea del milenio.

Se quitó sus apretados zapatos que consiguió en una tienda de a todo por dos Yuan. El dolor de las ampollas solo fue un punto de advertencia en lo más recondito de su cabeza, la cuál estaba llena del recordatorio de la publicación que se subiría la tarde anterior, dónde fregó platos, y siguió fregando platos al final del turno.

Ahora le debía la vida un poco de satisfacción o en verdad se aventaría por la ventana en cuanto ese dos se convirtiera en tres en un intento mágico de lo maravillosa que era la vida para hacerlo sufrir.

Pero seguían las dos con cinco minutos, Wei Wuxian se acercó a su estropeado computador y el manual solo estaba en ruso. Así que solo recurrió a su manual personal que le sirvió a lo largo de su vida, en sus fallos y en su cólera ante un inservible aparato eléctrico.

Apretó los dedos, respiro hondo y alzó el brazo contemplando la luz que indicaba que el ordenador estaba encendido, apagada hasta la muerte.

Lo bueno de este sitio era que el internet es gratis y corría a una velocidad increíble, lo cual lo hacía dichoso de rendirle hasta el lugar donde se ubicaba el edificio, su departamento estaba justo a lado del área donde el internet del parque se expandía. fue el primer punto bueno que era mudarse a cinco horas de su trabajo. Solo qué, ahí acabo el punto bueno, por qué la cena gratis se acababa a penas y aparcaba su bicicleta en el estacionamiento.