Niall miraba a ambos cachorros dormidos en la cama, hace poco su alfa se había ido a trabajar y él había quedado con ambos pequeños. El omega no podía dejar de apreciar la belleza de sus hijos, es decir, tenía a un lindo mini rubio dormido, su imagen pura en su pequeño mientras que al otro lado estaba nada más y nada menos que un mini Zayn. Tony era hermoso, bueno, ambos lo eran pero maldición, ¡maldición! Sus pequeños eran dos tesoros inigualables. Horan sabía que mañana en la mañana irían donde sus suegros para que Malik pudiera presumirle a Yasser su nuevo nieto. Era gracioso verlos, se peleaban por cosas sin sentido y aunque fueran padre e hijo se comportaban como dos hermanos que apenas se llevaban. Derek abrió un ojito, encontrándose con unos azules profundos que ya reconocía, Niall casi se derrite de amor al ver un bostezo de su cachorro mientras se estiraba para intentar incorporarse en la cama antes de buscar los brazos de su papi.
—Te comería a besos, pero tu papi seguro me mata. —dijo el omega divertido. Lo cargó en brazos para dejarle un sonoro beso en su mejilla regordeta. Derek rió y abrazó el cuello de su padre. —Anda amor, debemos hacerte el desayuno.
En cuanto escuchó eso, Tony abrió sus ojitos aún con el sueño de por medio. Miró a su papi e inconscientemente sonrió como si eso fuera posible para un pequeño de unos cuantos meses. Niall se enamoró más de sus pequeños y los cargó a ambos como pudo, uno en cada brazo, Derek venía mordiendo la mejilla del rubio gracias a sus encías mientras que Tony los miraba con curiosidad.
Cuando llegó a la cocina, una beta muy conocida lo recibió, sus ojos mostraron alivio cuando vio dos biberones con leche tibia listos para dárselos. Magdalin se acercó rápidamente para ayudarlo con Derek, viendo a Niall con esa sonrisa tan característica de la beta, una sonrisa de como si estuviera viendo a su propio hijo cargando a sus pequeños y metido en problemas.
—Joven Niall, debe tener más cuidado cuando carga a los dos pequeños al mismo tiempo. —dijo ella con amor, no era un regaño, pero Niall no pudo evitar dejar salir un puchero.
—E-Es que... me da miedo dejarlos solos Maggie...
—No te preocupes cariño, sabes que estoy aquí para ayudarte.
Horan miró a la beta y asintió, tomó el biberón con una sonrisa y comenzó a darle de comer a Derek, quien quería sostener él mismo el biberón, sólo que aún no tenía la fuerza para hacerlo. Por otro lado Maggie estaba sonriéndole a Tony mientras que le daba su leche, pero el pequeño comenzó a dar indicios de llorar. Sabía que quería.
—Creo que extraña tu olor, mejor siéntate pequeño, si no Tony entrará en crisis. —dijo la beta. Niall asintió con una sonrisa, se fue a la sala y con ayuda de Magdalin le dio de comer a sus dos retoños.
—¿Maggie? —llamó el rubio.
—¿Sí, pequeño?
—Gracias por estar conmigo. —el omega recostó su cabeza en el hombro de ella. Sólo él sabía cuánto aprecio le tenía a esa mujer.
***
Niall Horan siempre fue un omega muy cariñoso, tímido, encantador, amable, inocente. Nunca le veía el lado malo a las situaciones, sino todo lo positivo que había. Zayn sonreía mientras que veía a su omega por video llamada, se había escapado unos segundos de las charlas de su madre para poder ver a su rubio preferido, estaba en una esquina de la sala de conferencias, su madre exponiendo un proyecto y varios empleados escuchándola.
—Trisha se va a enojar cuando vea que no te concentras en el trabajo. —susurró bajito el omega viendo las hermosas facciones del alfa.
—Y yo me voy a enojar si no me muestras a mis dos hijos.