Luego de la cena, las felicitaciones de todos por el nuevo cachorro, Zayn se encontró conduciendo de vuelta hacia la mansión que le había comprado a Niall. Ambos pequeñitos ya se encontraban entre los brazos de Morfeo, mientras que tanto el alfa como el omega venían tarareando una canción bajito, estaban cansados pero felices, era imposible no estarlo teniendo una familia tan hermosa.
Cuando llegaron, entraron uno cada uno con sus niños, no era por ser malo, pero nunca admitirían que cada uno tenía una debilidad por uno en específico, Zayn era demasiado celoso con Derek, en cambio Niall estaba más que enamorado con Tony. Bueno, era justo si lo pensaban bien. Llegaron al cuarto donde estaban las cunas de los niños, una hermosa azul para el cachorro mayor y una dorada para Tony. Já, se podía decir que nacieron en cuna de oro, literalmente. Niall acostó a su pequeñito y lo cobijó, amando la forma en la que se mordía la manita para poder dormir mejor, cuando se volteó encontró a Derek boca abajo, abrazando un peluche que el alfa le había dado hace tiempo y joder, no podía despegarse de ese oso de felpa maloliente.
Malik suspiró, miró a Niall alzando una ceja con una sonrisa acusadora.
—¿Ahora qué?
—No es por presumir, pero estos niños están bien hechos. —dijo divertido mirando el sonrojo de su omega.
—Eres un alfa descarado...
—No he olvidado lo que me pediste. —susurró en su oído dejando un beso en su mejilla. —¿Quieres empezar?
El rubio tragó saliva sonoramente, asintió antes de darle una última ojeada a sus hijos para poder caminar hasta la habitación que compartían, ambos se dieron una ducha cálida y rápida, hacía frío, aunque muy pronto ese no sería un problema. Una vez listos, cuando ambos se encontraban desnudos, Niall se sintió nervioso por alguna razón, tenía tiempo de no ser anudado por Zayn, el alfa respetaba estrictamente los lapsos de cuarentena de su omega, así que aprovechaba ese tiempo para sobre cuidarlo; siempre quedaba un poco agotado con los partos, si no fuera por su alfa o Magdalin de seguro estuviera hecho una bolita llorando. En cambio le cocinaban leches calientes para que tomara en las noches, le daban deliciosos atoles de avena para que recuperara energía. Magdalin bañaba y cambiaba a los cachorros cuando el rubio se quedaba dormido luego de horas sin poder conciliar el sueño.
Que amara a sus hijos no significaba que era un experto siendo padre, es decir, él también estaba pasando por algo nuevo, ver a sus pequeños lo enamoraba de una manera inexplicable, pero cansaba, un niño era mucha responsabilidad. Siempre se preguntó cómo sería engendrar un pequeño propio, cuando tenía dieciocho años era sólo curiosidad resignada, ahora casi con veintiuno era un sueño hecho realidad.
La lengua del alfa fue lo que lo sacó de su trance, Zayn estaba lamiendo la marca en su cuello, un placer indescriptible le recorrió el cuerpo, siempre le pasaba cuando el morocho hacía eso, además era un sentimiento hermoso, poder compartir las emociones de su alfa lo volvía loco. Malik buscó sus ojos con una sonrisa traviesa, esa sonrisa que siempre tenía en medio de tener relaciones, como un tigre que disfrutaba lo que hacía a escondidas con su pareja. Al alfa le fascinaba el hecho de que a pesar de haber pasado dos embarazos, la piel de Horan volvía a encogerse, como si nunca hubiera tenido cachorros ahí dentro.
—Andas muy pensativo, Ni. —dijo por lo bajo, Niall lo abrazo con sus brazos y piernas, rodeándole la cintura y escondiéndose en su pecho. Malik dejó un beso en sus rubios cabellos.
—Es solo que te amo. —admitió. —Te amo mucho, alfa.
—Yo también, Niall.
Sin prisa, Zayn tomó las piernas del rubio antes de separarlas, alineó su palpitante erección antes de hacer presión. No sabía por qué las veces que tenían relaciones luego de los partos se sentía tan diferente. Era como nuevo, como dos inexpertos teniendo niños, como dos hombres sin saber cómo actuar para poder impresionar al otro. Eran como dos adolescentes teniendo su primera vez.