Final: Heartbroken

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Así fue como el corazón de Mean se rompió.

Valentia es lo que se necesita para ser capaz de tomar una mala decisión. Los que toman las buenas decisiones han escogido el camino fácil. Pero en cambio Mean tomó el más difícil laberinto sabiendo que nunca podría encontrar una salida. No era como su se pudiese juzgar las acciones del pelinegro, no.
Todos hemos tenido oportunidades distintas, y maneras de aprender distintas, haciendo que sea casi una realidad que no existía una verdad absoluta.

Mean decidió quedarse con Plan.

Por supuesto, Mean no era ingenuo, él sabía muy bien lo que implicaba haberse quedado junto al peli-menta. Pero de alguna manera no le importaba, solo él podía ser juez en las acciones de su vida, él sabía lo que significaba haberse enamorado de Plan. Nadie en el mundo podría comprender porque las cosas más hermosas se desvanecen por su propia autoridad.

Solo Mean podía amar a Plan de la manera que lo amaba.

El amor de Mean hacia Plan funcionaba como una especie de purgatorio, donde no importaba cuántas faltas cometiese el peli-menta, todo sería exonerado y perdonada, haciendo posible que su amor se transporte al cielo, haciendo que su amor por Plan sea inmortal, sea eterno.

Luego de aquella noche Mean regresó al apartamento, con su corazón cosido con hilos de seda, pero latiendo con algo de fuerza, haciendo que a ratos sus labios dibujasen una triste sonrisa

Mean volvió a aquella rutina. Donde sus pestañas descansaban sobre sus mejillas, pero su corazón seguía alerta, siempre esperando por la llegaba del peli-menta, siempre oliendo a alcohol y a tabaco. Pero siempre llegaba tarde, pero llegaba.

Y eso era lo único que a Mean le importaba.

Todos los días eran distintos de alguna manera. Había días más difíciles dónde Plan amenazaba a Mean con golpearlo, y otros como si Plan nunca hubiese tomado una copa para luego disculparse mientras besaba cada espacio de su cuerpo.

Mean asistió a la boda de su mamá ese año, sin Plan claramente. Pero el traje no tenía tela suficiente para cubrir aquellas marcas que se asomaban en su cuello, en sus mejillas irritadas y esa sombra en su ojo que tuvo que insistirle a su madre que se había tropezado con la puerta principal la noche anterior, pero en el fondo ella sabía que su hijo mentía, pero sus ojos se cristalizarían si tocaba ese tema ese día, por lo que decidió callar como Mean lo hacía.

Al igual que su familia, su mejor amigo se encontraba preocupado por la enfermiza relación del chico peli-menta. Pero cada vez que trataba de mencionarle algo a Mean, él solo asentía colo si no estuviese ahí realmente, sabiendo que Perth tenía razón, pero que no podía hacer nada al respecto.

Mean empezó una nueva dieta.

Su corazón dolía demasiado, no podía aliviar ese dolor, por lo que decidió combatir ese dolor con otro más fuerte.

Mean dejó de sentirse hermoso. Observaba su reflejo en aquel cristal, pero todo era demasiado borroso, no podía ver absolutamente nada porque él se estaba volviendo nada.

Al igual que su corazón, Mean estaba desvanecido.

Plan estaba cada vez más cambiado, su cabello estaba color naranja, sus brazos estaban cubiertos de tatuajes, su aliento a tabaco, y sus manos que solían ser cálidas se habían vuelto frías.

Plan volvió a golpear a Mean.

Ocurrió en víspera de navidad, mientras el pelinegro le suplicaba a Plan que se quedase esa noche en casa para la cena que llevaba dos días preparando. Esa noche Plan se enojó, y antes que Mean pudiese cerrar sus ojos, sus mejillas dolían, su nariz sangraba, su abdomen se contaría y su corazón se descocía.

Esa fue la primera noche de una rutina en la que Mean estaría atrapado por un largo tiempo.

Mean se esforzaba para ocultar aquellas marcas que luego de un tiempo dejaron de doler.

Cuando Plan golpeaba a Mean él no sentía nada.

Solo cerraba los ojos esperando que todo acabase pronto.

Luego de un tiempo Mean empezó a sentirse culpable absurdamente. El chico decidió buscar ayuda para Plan, pero esto fue una terrible decisión. Por supuesto, Mean quería que Plan mejorase, pero el peli-naranja no quería mejorar.

Plan solo quería que Mean estuviese allí como una garantía, como una promesa de estabilidad, ya que era lo único estable en su vida

Pero Mean estaba dejando de ser estable.

Su personalidad cambió drásticamente con el paso de los años. Pero lo único que no cambiaba era su amor por Plan, la vacía esperanza de que mejorara, y su corazón cayendo en pedazos poco a poco.

Hubo un tiempo en el que Mean recibía mensajes de números desconocidos diciéndole que Plan no lo amaba, que él amaba a alguien más y su corazón perdió una pieza ese día, estaba desvaneciéndose de manera lenta y tortuosa, y Mean no sabía qué hacer.

Claro que pasaba por su mente la idea de dejar a Plan, e incluso le mencionó esto al peli-naranja, que por supuesto no reaccionó de buena manera, y lo amenazó de muerte si llegaba a dejarle.

Porque Plan le hacía sentir a Mean que en el mundo no había nada más.

Mean con el tiempo empezó a creerle. No podía ir a ninguna parte. ¿Quién podría amarlo si no era Plan?

Mean no quería ver a Plan enojado nuevamente.

Mean pensó que todo iba a mejorar cuando la noticia de que en su pancita llevaba una vida llegó a él. Pero lastimosamente no fue así, Plan lo repudió e incluso lo acusó diciéndole que no era de él, y que no quería nada que ver con niños.

El corazón de Mean dolía.

Pero también los golpes que recibió en su pancita.

Mean perdió al bebé.

Mean empezó a sentir odio por él mismo, no toleraba saber que existía de alguna manera y comenzó a pensar que realmente merecía aquellos golpes.
A veces eran suaves y otras veces eran tan duros que lo dejaban inconsciente, lo cual era mejor para él porque cuando perdía el conocimiento las cosas pasaban aun más rápido.

Eso era lo que Mean quería,

Que todo pasara rápido,

Y que Plan llegara temprano.

Mean intentó suicidarse un par de veces, pero no tuvo el coraje de hacerlo. De todas maneras él ya estaba muriendo, Mean estaba muriendo de la manera en la que muchas personas con corazón como el suyo mueren.

Mean estaba ayudando a Plan, eso es lo único que quería cumplir antes de que su corazón dejase de latir. Dejó de comer e invirtió gran cantidad de dinero en asegurarse que lo que más amaba en el mundo pudiese ser feliz. Aun si eso significase sacrificar su propia felicidad e incluso su vida.

Mean solo quería que Plan fuese feliz.

Mean tal vez solo estaba muriendo poco a poco.

Una noche su corazón empezó a bombear de manera rápida e inconstante, mientras aquellos hilos que lo unían empezaron a desvanecerse.

El corazón de Mean finalmente se rompió.

Mean dejó de respirar, y

Por primera vez Mean esperaba su sueño eterno, Plan llegó temprano.

[...]

Not heartbroken [MeanPlan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora