Not heartbroken [MeanPlan]

Capítulo 05: Hope your heart is strong enough

"Tengo que romperme para seguir adelante

Ningún amor y admisión me quita esto."

Una jaula es casi la perfecta metáfora de una relación estable. La cual necesita de dos personas para construir los barrotes que sostengan aquella construcción. Los barrotes suelen tener un largo espacio entre ellos, dando la oportunidad perfecta para escapar de aquel laberinto. Pero cuando lleva años, el metal empieza a desgastarse y se oxida.
Los barrotes empiezan a chocar entre ellos, y solo queda un pequeño espacio para salir. Solo que la mayoría de las veces las personas dentro de ellas no se permiten salir haciendo chocar el último barrote, quedando sin libertad, sin amor, solo la costumbre de vivir en ella.

Plan y Mean han tenido suficiente espacio,

Pero demasiado tiempo para salir,

Pero ahora el pelinegro contempla las grieta como si hubiese esperanza.

'El número que usted está llamando no puede ser localizado. Por favor, verifíquelo e intente su llamada nuevamente.'

Plan colgó la llamada por octava vez aventando su teléfono contra la cama. El peli-menta se sentía sumamente frustrado, llevaba días intentando localizar a Mean quien no daba señal alguna sobre su paradero.

Luego de aquella noche en la que el corazón de Mean fue punzado por las manos del peli-menta no llegó más a casa. Al día siguiente de esa fatídica noche Plan llegó temprano a casa, ya que quería disculparse con el pelinegro por lo ocurrido, quería demostrarle que había sido un terrible error, quería asegurarle que eso no volvería a ocurrir.

Plan tenía la absurda esperanza de que el corazón de Mean no estuviese roto.

Pasaron una serie de varias semanas sin que el peli-menta pudiese llegar a casa para recibir las buenas noches. En cambio, su cama estaba fría, y las luces seguían apagadas. No estaban aquellas pestañas descansando sobre ciertas delgadas mejillas, no había una respiración caliente golpeando contra su espalda, y aquellos sollozos que lo atormentaban de sobre manera.

Mean no estaba, tampoco sus ganas de salir, y sus ganas de beber.

Plan pasó varios días consumiendo más alcohol de lo que bebía regularmente. Aumento la dosis sin saber que por poco casi cae en un coma etílico. Pero eso nunca lo sabría el pelinegro que estaba caminando por la misma avenida donde sus lágrimas se mezclaron con la lluvia haciendo un infinito océano en sus ojos, y pequeñas manchas verdes causantes del dolor que había sentido hace tiempo.

Eran alrededor de las siete, y Plan se encontraba descansando sobre el sillón de la sala con su camisa empapada en sudor, su cabello menta algo brilloso y grasoso, y un cigarro apagado en su mano.

El ruido de unas llaves lo despertó de su sueño para encontrarse con la sorpresa de que era Mean quien había ingresado al apartamento.

—Mean— masculló el peli-menta levantándose de su sillón algo sobresaltado por la presencia del chico.

También fue una sorpresa para él ver que Plan se encontraba allí tan temprano, incluso revisó la hora en su reloj verificando que no estaba confundido sobre el tiempo, o que esto no era una especie de sueño.

—Solo viene a buscar unas guías que necesito para fonética. Las tomo y me voy— finalmente habló Mean en un tono neutro sin mirar directamente a Plan.

Mean empezó a caminar por la sala principal para buscar en un pequeño cajón una serie de guías que necesitaba para la universidad. Plan se quedó paralizado hesitando si debía o no acercase al pelinegro. En ese tiempo notó cómo su pantalón le quedaba algo grande, ciertamente Mean había perdido algo de peso, y sus ojos se veían como si hubiese llorado una gran cantidad de minutos.