Pasadas las 12 de la noche, Hugo recibió un mensaje al móvil. Le pilló componiendo y decidió ignorarlo, respondería más tarde.
Alrededor de media hora después y cansado, optó por dormir. Al día siguiente era lunes y debía ir al estudio a terminar de grabar algunos temas para su segundo disco.
Cuando fue a poner la alarma para no quedarse dormido, se llevó una gran sorpresa al leer en la barra de notificaciones el contacto de Eva.
Entró al chat y vio que la chica le había propuesto ir a tomar algo.
Escuchó un piano en la casa y supuso que Flavio no dormía aún. En este tiempo se habían convertido en muy buenos amigos.
Decidió entonces ir a pedirle consejo al chico.Dos toques en la puerta del pequeño estudio del murciano y la voz inconfundible de Flavio le invitó a pasar.
- ¿Sucede algo? - preguntó el menor de los chicos.
- ¿Tienes cinco minutos? - respondió el rubio.
Flavio asintió y Hugo le enseñó la pantalla de su móvil donde se veía el mensaje de Eva.
En la cara del moreno se instaló una sonrisilla sospechosa.- ¿No irás a negarle salir? - preguntó.
- Es que no sé qué hacer Fla - suspiró Hugo tomando asiento frente al piano.
- Ya, pues yo creo que sabes perfectamente lo que tienes que hacer - le dijo su amigo - Vas a aceptar la propuesta, vais a pasar una tarde o el día entero si hace falta juntos, vais a hablar y te vas a dejar llevar. Que pase lo que tenga que pasar.
- No lo veo tan claro.
- Pues yo sí - le discutió Flavio - Llevas dos años enamorado hasta las trancas de ella. Aguantásteis el que tú tuvieras novia, un confinamiento que os pasó factura y ¿ahora no vais a conseguir superar esto? - preguntó - Hugo, lo que sientes por ella no lo has sentido por nadie, y en el fondo sabes que llevo razón y que no puedes perderla. No se va a volver a marchar, se lo ha dicho a Sam. No entra en sus planes volver a irse a vivir fuera.
- Ah, que Sam ha hablado con ella.
El más joven de los dos rió tocando algunos acordes sueltos en el piano.
- Es increíble que a estas alturas todavía no la conozcas.
En ese momento se abrió la puerta de la habitación donde se encontraban.
Samantha apareció con el pelo despeinado y la camiseta de Flavio que utilizaba de pijama arrugada.
- Son casi las dos de la madrugada y hasta donde yo sé trabajamos todos mañana - les riñó - Me hacéis el favor de acostaros.
Los chicos se levantaron riendo.
Hugo susurró un "gracias" a Flavio que dejó una palmadita en su espalda.
Ambos pasaron por delante de Sam que permanecía inmóvil junto a la puerta queriendo asegurarse de que los chicos se iban a la cama.
Hugo dejó un beso en la mejilla de la rubia que sonrió aún enfadada.
- Lo sentimos - rió el chico.
- Me tenéis contenta.
Una vez todos en sus habitaciones, Hugo decidió contestar al mensaje de la gallega.
"Me parece genial. ¿Nos vemos mañana a las 5? Te invito a merendar"
Dudó si enviarlo o no, pero finalmente se decantó por la primera opción y tras enviarlo se quedó dormido.