R O U X

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Bastión Thenn no era un castillo, sino que era una extensa y gruesa zona amurallada de inmensos bloques de piedra y hierro, que protegía la enorme torre en forma de espada, también de piedra, pero recubierta de bronce bruñido, dándole un aspecto mortal, aguerrido y afilado.

Había pasado una década desde que Roux Stark había estado allí con su padre, pero la fortificación seguía haciéndolo sentir diminuto y poco poderoso.

Bastión Thenn era la gran fortaleza al fin del mundo y hacía honor a la guardia que había realizado por medio milenio desde la época Madre de los Dragones.

Los Thennitas eran ricos. Las minas de cobre, hierro y piedras preciosas las habían utilizado para embellecer sus hogares, sus espadas y sus mazas, así como para comerciar con las Ciudades Libres y concertar matrimonios con señores que consiguieran rendirles pleitesía a fin de aumentar su poder, tal y como lo habían conseguido casando a la hermana menor del Magnar, lady Lucianna, con el Heredero de Invernalia, el asesino de Anton Stark.

Habían conseguido llevar los seis barcos restantes de la flota río arriba por el Amanecer, hasta que la cobertura de hielo que cubría el río no les permitió continuar más. Seiscientos hombres habían conseguido sobrevivir al naufragio.

Numerosos soldados, de todas las Casas que los apoyaron, perecieron, pero el golpe que más había sentido Roux había sido la muerte de todos los soldados de Mormont, incluido el propio lord Mormont, quien había dejado, sabiamente, a su heredero en la Isla del Oso, para venir a apoyar en persona la causa del Norte.

Dentro de Bastión Thenn, increíblemente, el Magnar había conseguido dar cabida a todo el ejército dentro de sus murallas, sin mencionar que todavía contaba con el pueblo que rodeaba la fortificación, en que se alzaba un centenar de casas de madera y chozas, en donde guardaban su comida, sus granos y fabricaban su propia leche fermentada de cabra.

Allí, al filo del mundo, el tiempo no se perdía, y aunque Sverre Thenn permitió que el grueso de los hombres se asentara dentro del castillo y levantase sus propias tiendas, a los generales y señores que lo acompañaban no les dio tregua y los obligó a reunirse para enfrentar los nuevos detalles de los muertos vivientes.

Los hijos del Magnar, junto con toda su corte, los esperaron en la entrada, entre rápidas presentaciones y reverencias, puesto que, aunque Bastión Thenn rendía honor y servicio a Invernalia, y por una muy difusa extensión, al Trono de Hierro, nadie olvidaba que los Thenn habían sido y eran reyes antiguos por derecho propio de tradición, y que su estirpe de Primeros Hombres, cuyo linaje directo no se había mezclado con extranjeros, los hacían tan merecedores de respeto como si del mismísimo lobo huargo de Invernalia se tratase.

La hija mayor del Magnar era una muchacha de unos veinte y tantos, alta, esbelta y de cabello muy oscuro que lo llevaba atado con una cuerda de cuero negro, llamada Czenzi, quien se convertiría, tras la muerte de su padre, en la heredera de Bastión Thenn, puesto que entre el Pueblo Libre, en muchos lugares, era común que la ley sálica no se aplicase. El primer hijo o hija debía de ganarse su derecho a heredar y por cómo Roux lo veía, la mujer estaba más que aceptada en el trono de su padre que su hermano menor.

Czenzi Thenn era quien había dirigido todas las expediciones y quien había encontrado los últimos cuerpos muertos. A dos de ellos, los tenían encerrados en las catacumbas del castillo, a donde el llamado de la muerte no los podía encontrar, y que estaban siendo estudiado por las sabias ancianas de Bastión Thenn.

- ¿El llamado de la muerte? - preguntó Robb, quien junto a su tío, el Magnar de Thenn, caminaba al frente de todas las comitivas.

- Así lo llamamos cuando gritan y gruñen - les explicó, entrecerrando los ojos, pero sin una arruga en ninguna de sus expresiones -. El grito es muy agudo y penetrante. Lo hacen al atacar y lo hacen más fuerte cuando están en desventaja. Lo utilizan para llamar a los Otros. Para hacerles saber que están aquí y que hay vida cerca.

PONIENTE II: Aullido de DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora