👑Alimenta mi corazón👑 (Burger King x Macdonald) [Completa]

Traición

El sol reflejado en la alfombra de tigre blanco, es tan aburrida como de costumbre.

-Majestad, ¿desea más hamburguesas? -susurra, el chef real, con la bandeja frente a mi.

-¡Aleja esa porquería!. -Alzo la mano y tiro la comida-. ¡Estoy harto de tu basura!

-¡Discúlpeme, majestad!

Dejo el trono a paso de caballo, sin mirar atrás. <<¡Montón de incompetentes!>>.

Los paneles crema del corredor se asemejan a flechas, mientras me dirijo al jardín central del castillo.

-¡Señor, espere! -grita, una voz familiar tras de mi.

-¿Ahora que quieres, Culón? ¿No ves que estoy ocupado?

-Perdóneme, pero ésto es urgente.

-¿Qué es más importante que mis plantas?

Enmudece, al mismo tiempo en que aprieta los papeles entre sus manos.

-Ronald Macdonald, está de vuelta -tartamudea, nervioso.

Corro y ordeno de inmediato que abran las puertas, acompañado de insistentes golpes de mi báculo contra el suelo.

-¡Rápido!

Lo primero que mis ojos logran captar, es la altura y el aspecto estilizado del pelirrojo.

-Burger -dice, apretando la mandíbula-. Cuánto tiempo sin vernos -agrega, marcando las arrugas de su frente.

-Ocho años -comento, caminando hacia el trono para tomar asiento.

Los guardias se acercan a él, con lanzas puntiagudas y recién afiladas.

-¡Inclínate, escoria! -exige, uno de ellos, apuntándole el cuello.

Su expresión se torna aún más dura, sin demostrar ni una pizca de horror. <<Siempre tan valiente>>.

-Aleja esa cosa de él.

-¡Sí, majestad!

-¿Qué es lo que quieres, Ronald? -digo, con desdén-. Dejáme adivinar. Vienes a vengar la muerte de tu amigo, ¿no? -sonrío, arqueando una ceja.

-¡Cierra tu repugnante boca, no mereces hablar de él!

Se acerca y ambos guardias se colocan frente a mi.

-Tan emocional como de costumbre. -Cruzo las piernas-. ¿Has olvidado que los sentimientos no son sinónimo de poder?. Manténlo presente, Ronald. -Bostezo-. De lo contrario obtendrás el mismo destino que MacCheese.

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Burger hace una señal con su mano y enseguida me cogen, arrastrándome hacia la salida.

-¡El día en que te destrone, te arrepentirás!

A medida en que avanzamos, las habitaciones del palacio se ven cada vez más deterioradas. Hasta alcanzar el subterráneo.

-¡Déjenme ir, bastardos! -exijo, forcejeando con los pies.

Una de mis patadas alcanza la entre pierna del guardia trasero.

-¡Hijo de puta!

Abren la puerta, hecha de barrotes, para lanzarme cual saco de patatas. <<¡Mis rodillas!>>.

-¡Comienza por disfrutar tu nuevo hogar!. -Cierra con llave-. Porque estarás aquí, hasta el último de tus días -ríe, alejándose.

-¡Malditos!. -Sacudo el metal.

El lugar es bastante amplio, con paredes de roca y mucha humedad. Las gotas que hacen eco al caer, son traspasadas por la luz de un agujero.

-¿Cómo saldré de aquí, MacCheese...? -sollozo, en cuclillas.

De pronto, una voz proveniente de una estrecha ventana capta mi atención.

Me acerco sigiloso, escalando entre las rocas; y observo al dueño.

-¿Cómo han estado, mis hermosas? -tararea molódico, el rey-. Lamento haber tardado más de lo debido.

Bajo despacio, mientras curvo mi boca. <<¿No son sinónimo?>>.

-MacCheese. No pienso rendirme, hasta vengarte. -Aprieto mi puño.