┇𝟎𝟖 🥀

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Todas las personas tiene una doble personalidad, es normal.

Otras tratan de ocultar sus angustias, llantos y tristezas con una sonrisa haciendo ver que estan bien y no tiene preocupaciones.

Y otras solo lo demuestran pero tapan heridas profundas. Como Izuku.

No hace mucho empezo a rasguñarse, morder sus dedos sacándose la piel de ellos, morder sus labios hasta que sangren y tener varias cicatrices pequeñas en sus muñecas las cuales casi simpre escondía con stickers, dibujos que él hacía y ropa que tape aquellas heridas.

Contar las calorías de las comidas que solía consumir era una rutina asquerosa al igual de verse al espejo por horas con discuto y practicar con el corrector para tapar sus ojeras.

Las pétalos de girasoles se detuvieron, cosa que lo alegró un poco. Ya estaba harto de vomitarlas.

Los días en las clases perdieron su interés, la comida ya no pasaba por su estómago con frecuencia como antes, la ropa le estaba quedando grande, su cuerpo empezaba a doler y le era difícil mantener una corrida firme sin pararse a cada rato para tomar aire.

Ya no había algún motivo para seguir allí, Bakugou estaba cada vez peor si no estaba Kirishima en el mismo lugar que él, no tenía ganas de levantarse de la cama, no bañarse y ni lavarse los dientes, su tristeza era cada vez mayor mientras se acumulaba en su burbuja pequeña de cristal.

El llanto ya no estaba, la sonrisa desapareció, su mal humor aumenta cada vez más llegando a no querer hablar con su madre para no molestar y hacerla sentir mal.

Con la única persona que actuó siempre con sonrisas y amor fue con su madre, él pensaba que ella merecía un amor sincero y el poco que tenía se lo daría todo a ella.

La mujer nunca sospecho sobre el problema, su hijo podía poner lo mejor de él mismo para hacerla feliz hasta el final.

- Adiós mamá, que te vaya bien en el trabajo. Te amo mucho, ¿Lo sabes verdad? - Preguntó el chico tratando de no llorar.

- Claro que si Izuku, eres mi niño especial... amaré mucho cuando te vea en la tele salvando al mundo entero con una sonrisa

Aquellas palabras dolían sabiendo que nunca podría cumplir ese sueño frustrado de su madre y el propio.

- ¡Si! Puede ser que no puede salvarme a mi mismo, pero creo que trataré

La mujer soltó una risita entre dientes para darle un abrazo a su hijo antes de irse de la casa dejando solo al chico.

Izuku bajo lentamente sus labios para ir a su habitación y cambiarse, sus zapatillas estaban limpias así que se la puso.

Dejo varias cartas sobre la mesa con nombres en ellas y con decoraciones lindas, apagó las luces de su casa para tomar su mochila.

Al salir la lluvia ya había empezado a frotar para terminar en su cuerpo.

Saludo con una sonrisa a sus vecinos para ir a su próximo paradero.

Saludo con una sonrisa a sus vecinos para ir a su próximo paradero

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# the boy with the yellow backpackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora