La desaparición

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Christopher

Sabía que mi enojo había sido estúpido, así que luego de que Anaís se fuera de la casa la llamé por teléfono:

-¿Ya se te pasó el enojo? -preguntó al contestar la llamada.

-Lo siento, fue estúpido.

-Lamento lo de tu gato. -Hizo una pausa, como si tratase de acomodar las palabras que iba a decir-. Oye Chris... Algo está pasando con Mary Lu...

-La está pasando mal por lo de su hermana.

-Hay algo más... Marcos es... Bastante agresivo con ella...

-¿Marcos? -Tal vez se había equivocado, el Marcos que yo conocía no era agresivo.

-Si, así es... Ya sabes cómo es ella... No se va a defender, debemos hacer algo.

-¿Te recojo en tu casa y luego vamos a la de ella?

-Está bien, tendré tiempo de arreglarme.

Nos despedimos y luego fuí al baño, en mi casa no había agua caliente y le temía al agua fría, cómo si fuera un gato. Finalmente, luego de pasar lo que para mí fue más de media hora; respiré profundo y me metí en la ducha con esa agua helada que tanto odiaba, terminé temblando. Mi teléfono sonó sobre la mesa en el lavamanos. Cesar me había mandado una foto, nunca antes lo había visto sin camisa. Amé la foto, y la hubiese amado aún más si estuviese dirigida a mí cómo chico, no a la versión femenina que había creado. Debajo de la foto había un pequeño mensaje:

"Me animaste aún más a estar en forma ◉‿◉. Espero te guste mi foto"

Yo le respondí:

"Debes enviarle este tipo de fotos a muchas chicas"

Fue lo primero que se me ocurrió responder, y eso era lo que yo pensaba. Me emocioné al recibir una respuesta, sinceramente esperaba una respuesta cursi, y algo así fue lo que recibí: "honestamente, las únicas que tienen fotos de mí sin camisa son mi ex, mi mejor amiga y ahora tú". ¿Qué debería pensar yo en este caso? No sabía qué responder en ese momento, así que simplemente cambié el rumbo de la conversación diciéndole que debía irme porque me encontraría con Anaís. Fue una pésima idea contarle eso. «¡Genial!, Vivo a unas cuadras de su casa. Moriría de felicidad si tengo la dicha de verte ( ꈍᴗꈍ)».

No le respondí, envés de eso llamé a Anaís para contárselo.

-¿Y ahora que harás?

-No lo sé, esto me puso muy nervioso... Tampoco puedo vestirme de chica ¿Que tal que reconozca mi voz? Además la voz de chica no me sale.

-¿Quieres verte con él siendo Elizabeth?

-No lo sé... Es muy loco todo esto pero... Ya empezamos con esto, ¿Siempre lo estaré evitando para vernos?

-Está bien, mejor dile que hoy no podrás porque harás algo conmigo, sabes que iremos a casa de Mary Lu nosotros dos para ver qué hacemos respecto a Marcos. Así que si pregunta dile que es un tema muy personal.

-Eso se me debió ocurrir a mí.

-Soy tu cerebro mi amor.

Tomé el consejo de Anaís y le dije a Cesar que no podíamos vernos ese mismo día. Ese chico me alegraba cada vez que me escribía y no paraba de pensar en él, aunque ahora otra persona era dueña de mis pensamientos: Mary Lu; en verdad me preocupaba, era una niña muy dulce que no merecía que nada malo le pasara, solo era un pequeño y hermoso capullo por florecer. Mientras iba camino a casa de Anaís aún pensaba en lo que me había dicho «Marcos es agresivo con ella». Siempre había odiado a ese tipo de parásitos, es cómo si quisiera encerrar a todos esos desgraciados en una gran caja de metal y quemarlos hasta las cenizas.

Llegué a casa de Anaís, tenía algo en la mano cuando atendió la puerta; una bolsa blanca. Estaba sonriendo de una forma poco usual, sabía que algo perverso planeaba por la forma en que sonreía y me miraba.

-Te tengo un súper regalo. -Sonriente, sacó de la bolsa algo de un color parecido al de mi piel, parecía de plástico, cómo un látex-. Para tu cita con el amor de tu vida.

-¿Que es eso? -pregunté sin verle la forma a esa cosa, estaba cómo papel hecho bola.

-Es una prótesis de senos.

-¿Para qué? -repliqué sabiendo que el color rojo empezaba a notarse en mi rostro-. No quiero tener senos.

-Si vas a encontrarte con él como Elizabeth debes tenerlos.

-Por cuánto tiempo creés que nos dure este juego... ¿No crees que es demasiado?, Siento que lo estamos engañando.

Anaís enseguida me arrastró hasta el sofá y me sentó de un empujón. No me percaté en qué momento se acercó a mí.

—¿Ya no quieres seguir?, Te seguiré... No sé si soy buena amiga al seguirte en esta locura pero... Si quieres seguir con esto, te ayudaré y si no, igual. No sé si le hagas caso a esta loca pero siento que esto será cómo en las películas y él finalmente se enamorará de Christopher. —Esta vez Anaís me sonrió, no sé por qué motivo, pero logró llenarme de una grata sensación al verla.

—¿Iremos a casa de Mary Lu? —El no querer seguir hablando de eso fue mi motivo para cambiar de tema, fue cómo una fuerza de inercia natural.

—No está en casa.

—¿Cómo sabes eso?

—Llamé al teléfono de su casa y su madre me atendió, dijo que no estaba en la casa... Y su teléfono lo tiene apagado.

—Eso es extraño... ¿Su madre no te dijo nada más?

—No, nada más.

—Algo me hace pensar que algo malo le pasó... -Observé sus ojos, estaban sombríos y apuntaban al suelo-. Es extraño... Justo hace poco nos dijo que iba a terminar su relación con el patán ese... ¿Si te acuerdas?

Me acordaba. Ese día lloraba a la orilla de su cama, ese dia decidimos hacer una pijamada los tres para levantar su ánimo. Entre lagrimas me se aferró a los brazos de Anaís y soltó en voz baja:

-Terminaré con él.

Parecía que Anaís sospechaba las verdaderas razones por la que Mary Lu quería terminarle. La rubia pretendía que creyeramos que solo dejó de quererlo y lloraba porque sentía que estaba siendo injusta con él, solo era mentira.

Ya entendía claramente la situación y tuve más razones para expresar lo que estaba a punto de decirle a Anaís.

-¿Crees que Marco tiene algo que ver?

-Es mejor salir de dudas... Vamos.

La ví levantarse y extenderme la mano. ¿Tenía la intención de que nos enfrentemos directamente a Marcos?, ¿su propósito era ir y preguntarle a Marcos si tiene que ver con una simple conjetura con poco sentido?

-Legalmente Mary Lu nisiquiera está desaparecida... Además, obviamente Marcos no diría nada si nuestras conclusiones fueran ciertas.

-Tengo un mal presentimiento... Así desapareció Valeria... ¿Y si Mary Lu termina igual?

El Salón De Los SubordinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora